En cuanto el italiano Eros Ramazzotti hizo sonar las primeras notas de su melodía “La cosa más bella”, miles de smartphones se alzaron para grabar el momento más esperado de la noche, el broche de oro de un recital inolvidable.

El reloj se acercaba a la media noche mientras aquel clásico noventero arrancaba besos, abrazos y hasta lágrimas entre las parejas.

Desde la tarde las pruebas de sonido inundaron los alrededores del Estadio Cuscatlán, cuyo predio anexo fue sede del concierto. “Es tan difícil…” rezaba una voz. Era la salvadoreña Pamela Robin, que se preparaba para abrir el show unas horas después.

Robin llegó para entregarse con temas de rock como “Caso demencial” y “No me estorbes”, que lograron los primeros aplausos de la velada.

Eran las 9:30 p.m. cuando el espigado Eros subió al escenario, sin más preámbulos, para ofrecer su primer concierto en El Salvador, con 56 años y toda una carrera consolidada.



El repertorio se deslizó entre versos en español, inglés e italiano, la lengua con la que el cantante se siente más cómodo, aunque hizo su mejor esfuerzo por comunicarse con los cientos de adultos jóvenes que acudieron a verlo con mucho orden y tranquilidad.

“No digo la ‘s’. En Italia no se usa… Después yo no hablo todo el día castellano”, explicó con simpatía, mientras enviaba saludos a todos los centroamericanos presentes.

La noche incluyó los temas “Será”, “Una emoción para siempre”, “Fuego en el fuego”, “Cuanto amor me das”, “Estrella gemela”, “Otra como tú”, “Cosas de la vida”, “Si bastasen un par de canciones” y “Por ti me casaré”, que fue motivo de una petición de mano entre el público.

Tampoco faltaron dúos como “Piu che puoi”, que originalmente canta con Cher, pero aquí lo compartió con su guapa corista, Mónica; o “Por las calles”, que grabó con Luis Fonsi. “Fue una noche para recordar, realmente satisfechos”, comentó Ricardo Flores, un asistente. “Lo amé”, replicó Stephani Melgar, también del público.