Más tarde, en 1977, Arturo Argüello Oertel fue ascendido a gerente general, tras la salida de Moreno Monge y desde entonces relata la historia de altos y bajos que han tenido que enfrentar. Desde los años más difíciles del conflicto armado, hasta la transición de vespertino a matutino. Superaron paros de transporte, que impedían a los trabajadores estar presentes a las horas debidas en las labores, dificultades económicas por las restricciones del mercado paralelo y terremotos que llenaron de luto el país.
Sin embargo, reconoce que todos los obstáculos fueron superados gracias al equipo de trabajo y a todos los trabajadores del rotativo. “Los años más difíciles se superaron gracias a las hazañas de algunos compañeros de trabajo de ese entonces, porque bajo riesgos se presentaban a sus trabajos y el tesoro que el diario ha tenido para seguir adelante y creo que así será para los próximos años, es un personal profesional dedicado”, señala. A 46 años de trabajo, para Argüello ha sido un reto estar en un mundo donde se fabrica, todos los días, un producto distinto.
“Ha sido un orgullo formar parte de una de las empresas más importantes del país. Estar en un medio de comunicación como Diario El Mundo es un privilegio”, dice.
“Con los tiempos de paz, cambió mucho la forma, las costumbres de movilización de las personas, la población ya se sintió más libre, los horarios de trabajo se extendieron y nosotros ya no sentíamos la necesidad de estar como un periódico de la tarde”, manifiesta. Pero la odisea de la transición que afrontaron no fue sencilla.
Iniciar el camino a matutino no fue fácil. El tiempo ratificó la decisión del cambio y con ello los temores pasaron.
“Hoy en día El Mundo ya forma parte de las costumbres de las familias salvadoreñas, como medio impreso de información”, describe “el Lic” con orgullo, convencido que la visión de no quedarse de brazos cruzados ante los cambios tecnológicos es la correcta.
Argüello se graduó de Licenciatura de Economía de la Universidad de El Salvador (UES). En 2011, recibió el reconocimiento como economista destacado del Colegio de Profesionales en Ciencias Económicas (Colproce) y fue nominado como economista del año.