La polarización política convierte todo en un debate público generalmente bajo la óptica de los intereses partidarios en esta época de inminente campaña electoral. El anuncio sobre la compra de las vacunas, y su eventual distribución, no ha estado exento de la polarización pero es un tema demasiado delicado para politizarlo.

Como han recomendado científicos del nivel de Anthony Fauci en Estados Unidos, las decisiones sobre la pandemia deben ser tomadas con base a la ciencia, no con base a intereses políticos. Eso aplica también para El Salvador.

Por supuesto que es importante que la vacuna contra el covid-19 llegue al país, pero tiene que ser una vacuna aprobada por las agencias regulatorias más sólidas de Estados Unidos y Europa. Deben ser las vacunas que pasen las pruebas científicas ampliamente verificadas. Eso es lo que todos debemos exigir y esperar de nuestras autoridades.

Los médicos salvadoreños han aplaudido el tema de la vacunación y también han hecho observaciones que vale la pena escuchar. No hay que casarse con una sola farmacéutica por evidentes razones. Por eso es muy acertado que el gobierno haya negociado con las cuatro grandes farmacéuticas al mismo tiempo, eso a la larga nos puede beneficiar.

Pero también es importante que la clase política, la oposición, no politice el tema sin fundamentos científicos. Que no caigan en el error de infundir temores o expresarse temerariamente de manera que generen dudas en la población y que los convenzan de no vacunarse, lo que sería perjudicial para las grandes mayorías. Hay que dejar que la ciencia prevalezca y eso va para todos, Gobierno y oposición. La vacunación contra el covid-19 es un tema demasiado serio para hacerlo parte de la campaña electoral.