Las playas se han mantenido cerradas durante el confinamiento, que solo permite a los españoles salir de casa para trabajar si no pueden hacerlo desde su vivienda, comprar productos esenciales o pasear al perro. Foto: AFP


España, segundo destino turístico a nivel mundial, advirtió que las normas de distanciamiento social ante el coronavirus seguirán vigentes en verano incluso en sus frecuentadas playas, según indicó este domingo la ministra de Turismo, Reyes Maroto.

"Sobre cómo se va a poder disfrutar de nuestras playas, estamos definiendo distintos escenarios. Es muy importante que se mantengan las recomendaciones sanitarias, vamos a tener que interiorizar lo que ya estamos haciendo ahora, el lavado de manos, el distanciamiento social... Incluso en las playas", señaló Maroto en una entrevista al diario El País.

"Esos patrones estarán en nuestro día a día durante un tiempo, no se puede dar un paso atrás", indicó Maroto, destacando que "hasta que llegue la vacuna nada va a ser como antes" y "las aglomeraciones van a tener limitaciones para mantener la distancia de seguridad".

Como parte de sus medidas para evitar los contagios, España impuso un férreo confinamiento a sus 46,6 millones de habitantes el 14 de marzo, y dos días después cerró sus fronteras terrestres, permitiendo solo la entrada de españoles y residentes.

La ministra Maroto dijo desconocer cuándo el gobierno podrá reabrir las fronteras, porque dependerá de "la evolución de la crisis sanitaria".

Las playas se han mantenido cerradas durante el confinamiento, que solo permite a los españoles salir de casa para trabajar si no pueden hacerlo desde su vivienda, comprar productos esenciales o pasear al perro.

España es el segundo país más visitado del mundo después de Francia y el turismo es crucial para su economía, ya que representa el 12% de su producto interior bruto.

En 2019, el país registró por séptimo año consecutivo un récord en la llegada de turistas, con casi 84 millones de visitantes extranjeros.

España es el tercer país con más fallecimientos por la COVID-19, solo por detrás de Estados Unidos e Italia, con casi 17.000 muertes.