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El vicepresidente de EEUU, Mike Pence, sigue sin descartar la posibilidad de invocar la Vigésimo Quinta enmienda de la Constitución para cesar de sus funciones al mandatario norteamericano, Donald Trump, si percibe que el comportamiento del dirigente se vuelve todavía “más inestable”, según informes de fuentes próximas a Pence a la cadena CNN.


Estas fuentes confirman que la opción, que Pence contempló inicialmente después del asalto de los seguidores de Trump al Capitolio el pasado miércoles, todavía sigue sin quedar descartada. Sin embargo, el vicepresidente ha expresado en privado su recelo a que tal declaración podría inflamar todavía más la tensión en el país.


En cualquier caso, las fuentes aseguran que, por lo menos hasta la noche del sábado, Pence lleva sin hablar con Trump desde el asalto al Capitolio, donde varios de los asaltantes pidieron la ejecución sumaria del vicepresidente por negarse a respaldar las demandas del mandatario para revocar el resultado de las elecciones.


Por ahora, la fuente cercana al vicepresidente dijo que Pence y sus asesores esperan proporcionar un puente hacia la próxima administración y hacer todo lo posible para ayudar al equipo del presidente electo, Joe Biden a prepararse para enfrentar la pandemia de coronavirus.



Las consecuencias de la enmienda 25


La invocación de la Vigésimo Quinta enmienda requeriría que Pence y una mayoría del gabinete votaran para destituir a Trump de su cargo debido a su incapacidad para “cumplir con los poderes y deberes de su cargo”, un paso sin precedentes.


Queda el problema de los plazos. Trump quedaría inhabilitado, pero podría disputar la medida con una carta al Congreso. Pence y el gabinete tendrían cuatro días para rebatir la demanda antes de una votación adicional que necesitaría de una mayoría absoluta de dos tercios, generalmente 67 senadores y 290 miembros de la Cámara, que tendrían que votar a favor de su destitución permanente.


Al presidente le quedan diez días de mandato, hasta la asunción de Biden el próximo 20 de enero.



Pedidos de renuncia


Donald Trump también enfrenta cada vez más llamados para que dimita, desde el propio campo republicano, con el objetivo de evitar un complejo proceso de destitución en plena crisis política, sanitaria y económica en Estados Unidos.


Tras los pedidos de los senadores republicanos Ben Sasse y Lisa Murkowski, el senador Pat Toomey afirmó ayer en CNN que una renuncia del presidente “sería el mejor camino”.


Trump “cayó en un nivel de locura (...) absolutamente impensable” desde que el demócrata Joe Biden le ganó las elecciones de noviembre, añadió.


"Lo mejor para la unidad del país sería que dimitiera”, dijo en ABC Adam Kinzinger, legislador en la Cámara de Representantes y primer republicano en pedir el jueves que el presidente fuera declarado “no apto” para ejercer sus funciones.


Aislado en la Casa Blanca, abandonado por varios de sus ministros y distanciado de su vicepresidente Trump no da ninguna señal de estar pensando en renunciar, según consejeros.