Poca representación en la Asamblea Legislativa y finanzas públicas débiles son solo dos de las restricciones que enfrentará la administración de Nayib Bukele, advirtió en un informe la calificadora de riesgos Moody’s Investors Service.

La agencia publicó este 31 de mayo un informe sobre el perfil crediticio de El Salvador. Desde el 23 de febrero del año pasado, Moody’s ha mantenido una calificación de “B3” con perspectiva estable para la deuda salvadoreña.

Para Moody’s, el riesgo político del país se mantiene alto debido a su historial reciente de polarización política que comprometió los pagos de la deuda.

Aunque reconoce que estas tensiones se mesuraron con la aprobación de la reforma de pensiones y del presupuesto de 2019, “el riesgo político se mantendrá elevado hasta que se consoliden aun más los acuerdos legislativos, así como el historial de mejores relaciones políticas entre los principales interesados”, señaló Moody’s.

La victoria electoral de Bukele le otorga un fuerte apoyo popular para ejecutar sus promesas de campaña, continuó la calificadora, pero para ello enfrenta tres restricciones.

Por un lado, no tiene suficiente representación en la Asamblea Legislativa. GANA, el partido que le acompañó en la contienda electoral, solo cuenta con el 13 % de los votos en el congreso salvadoreño.

Mantener una buena relación con los partidos políticos será clave en su mandato, indicó Moody’s. “La capacidad de Bukele de gobernar dependerá de su habilidad para formar lazos con otros partidos y negociar con la oposición, en particular con ARENA, quien posee 37 curules en la Asamblea”, añadió.

Incluso si el presidente Bukele forma alianzas con otros partidos pequeños, GANA solo tendría hasta 24 votos, frente a los 43 que se requieren para una mayoría simple y los 56 necesarios para la mayoría calificada, esta última necesaria para aprobar deuda y reformar la Constitución de la República, por ejemplo.

Las otras restricciones son financieras. Las finanzas públicas salvadoreñas son débiles, aquejadas por un alto endeudamiento y pago de intereses.

A esto se suma un limitado acceso al financiamiento externo, debido precisamente a esas finanzas débiles.