La tasa de crecimiento de la economía para el año 2020 sería de un 2.5 %, similar a la obtenida en los años 2019 y 2018. El gobierno no ha dado a conocer la estrategia de recuperación económica que ejecutará durante el presente año, pero al tomar en cuenta el énfasis puesto en las políticas económicas en los seis meses de mandato, las medidas de política económica que respaldan el presupuesto del año 2020, las declaraciones de altos funcionarios públicos y de representantes de la empresa privada, así como los recursos disponibles para impulsar la estrategia de recuperación en el 2020, es posible deducir que el gobierno pretende poner en práctica la estrategia de recuperación económica utilizada por el programa FOMILENIO II, financiado por EE.UU., utilizando las políticas de mejoramiento del clima de inversión, creación de capital humano e infraestructura logística.

Según esa estrategia, el clima de inversión se mejora con la disminución de la delincuencia, el saneamiento de la administración pública (lucha contra la corrupción, centralización administrativa, etc.), formación de mano de obra calificada, asesoría de proyectos y construcción de infraestructura logística.

Según representantes de la empresa privada, el entorno empresarial y la confianza mejoraron en el segundo semestre de 2019. Funcionarios gubernamentales han declarado que durante el 2020 mejorará el clima de inversión y las relaciones comerciales serán favorables, que se pretende aumentar la inversión tomando en cuenta a todos los sectores de la sociedad y actores políticos, así como superar las restricciones económicas e institucionales que limitan el ingreso de inversión extranjera. En el presupuesto 2020 existe financiamiento para que el gobierno invierta para incrementar la productividad del cultivo de café, penetrar mercados turísticos, construir obras de infraestructura, creación de escuelas talleres y capacitación que incrementen la productividad. En la mediana y gran empresa existe incertidumbre, ante la falta de claridad y transparencia sobre la política económica que pretende aplicar el gobierno; el representante de la Asociación Salvadoreña de Industriales declaró que faltaban las mejores condiciones de inversión y que estaban esperando una hoja de ruta clara. Un economista de FUSADES declaró que era importante que esta nueva administración presente en el primer trimestre un plan completo de su visión y estrategia que lleve a mejorar las capacidades competitivas del país, el clima de negocios y la inversión de manera sostenible; el Ministerio de Economía está preparando una agenda de desarrollo empresarial. En lo relativo a la inversión extranjera, el gobierno le apostó a la orientación de su política exterior en consonancia con la que ha venido aplicando el gobierno de los EE.UU., en América Latina y Asia, con la esperanza de que las empresas transnacionales sintieran más confianza y expresaran su intención de invertir en nuestro país, pero parece que no fue así. El gobierno decidió mejorar sustancialmente sus relaciones políticas y económicas con China, el mayor competidor de los EE.UU., con el objetivo de atraer la inversión de empresas de ese país; se espera que durante el presente año comiencen a expresarse las intensiones de inversión de algunas de esas empresas.

El gobierno pretende fortalecer las políticas de formación de mano de obra tecnificada creando escuelas de formación profesional y programas de capacitación, también se ejecutarán proyectos específicos de formación profesional en las universidades, así como mejoras sustanciales en los planes de educación preescolar, primaria, secundaria y universitaria. En infraestructura logística el gobierno pretende reforzar los proyectos previstos por FOMILENIO II en la franja costera; así como iniciar los estudios de pre-factibilidad de proyectos de alcance nacional como el ferrocarril, adjudicación del funcionamiento del Puerto en La Unión e incrementar la capacidad de generación de energía eléctrica. Sin embargo, durante este año se comenzará a formular las medidas de ajuste estructural propuestas por el FMI para disminuir el déficit fiscal y por lo tanto la deuda pública, lo que podría deteriorar el clima de negocios, impidiendo que aumente la inversión privada.