Jorge, un ingeniero informático, junto a su madre, Irma, y sus dos hijos, André y Nicole, rompieron con su rutina de sábado y a las 8:30 de la mañana se prepararon para ser testigos de cómo un nuevo gobierno tomaría las riendas de El Salvador.

A pesar de que la familia, de Santa Tecla, no es seguidora de Bukele ni comparte su ideología, decidió ver el traspaso de mando. “Espero que cumpla lo que prometió”, expresó el ingeniero, mientras desayunaba frente a su televisor. “Que no habrá más nepotismo en el gobierno, ni corrupción, ni gastos innecesarios por parte de la Presidencia”, continuó.

A Irma le agradaría ver una mejora en la seguridad. “Así como estamos, la verdad, es que hasta temor da de andar saliendo a la calle”, aseguró.

A las 9:57 de la mañana, las imágenes de la entrada de Bukele junto a su esposa se mostraba en la pantalla del televisor. Bukele agradeció a los asistentes, recordó su triunfo del pasado 3 de febrero y pidió al pueblo salvadoreño hacer un compromiso para trabajar y sacar adelante al país. La familia fue perdiendo el interés y mientras se levantaron del sofá, los más jóvenes tomaron su teléfono para buscar otro entretenimiento.

Luego de 23 minutos, el discurso acabó y, a criterio de Jorge, el Presidente no hizo ninguna promesa ni mencionó cuáles iban a ser las acciones que realizaría. “Está bien, porque siempre dan promesas y no las cumplen y ahora, como él nos la dijo, no van a saber si las cumplió”, bromeó Nicole. Irma se mostró indiferente y coincidió con sus familiares en que esperaban más del discurso. El único espectador que quedó en la sala fue Jorge. “Al final el asunto está que les dio a entender a todos que, si no trabajan, esto no va a cambiar”. Alcanzó el control remoto, cambió el canal para ver los preparativos de la final de la Liga de Campeones de la UEFA, “La Champions”.