Crédito: Ivette Munguía


"¡No tenemos miedo!", desafiaron este jueves feligreses que llegaron a solidarizarse con los parroquianos de una iglesia de la ciudad de Masaya, en Nicaragua, que intentó ser ocupada por partidarios del gobierno nicaragüense de Daniel Ortega.

"Viva Nicaragua libre", exclamó el padre Harvin Padilla, de la iglesia San Juan Bautista de Masaya, donde ocurrió el asedio, que fue defendido por decenas de feligreses.

Seguidores del mandatario trataron de abrir a golpes el portón de la iglesia durante una misa en apoyo a 11 mujeres que se declararon en huelga de hambre en la parroquia San Miguel de Masaya, 30 km al sur de la capital, para demandar la liberación de más de 150 "presos políticos".



La acción fue impedida por varios fieles católicos, quienes se levantaron de sus bancas para cerrar la puerta en medio de forcejeos con los oficialistas, según imágenes de medios locales.

Un video publicado en las redes por el medio digital independiente Artículo 66 mostró cómo los fieles colocaron bancas de madera contra la puerta principal del templo para impedir la entrada del grupo y poder continuar con la misa.

"Nosotros no seguimos a un dictador y a una loca, somos cristianos porque amamos a Dios. Por lo tanto, no temamos", dijo el párroco durante la ceremonia religiosa, en alusión al presidente Ortega y a su esposa, la vicepresidenta Rosario Murillo.

Masaya, una ciudad de raíces indígenas conocida por su rebeldía, vive un clima de tensión desde que las 11 mujeres iniciaron una huelga de hambre el 14 de noviembre, en medio del asedio de la policía.

Las autoridades les cortaron el servicio de agua y electricidad para obligarlas a desistir de su protesta.

Estados Unidos también condenó "el asedio del régimen" de Ortega a la iglesia San Miguel.

El lunes, la Arquidiócesis de Managua denunció que partidarios del gobierno golpearon a dos religiosos e irrumpieron con violencia en la catedral de la capital para desmontar otra huelga de hambre que realizaba un grupo de opositores para pedir la excarcelación de los detenidos.

La última semana, los simpatizantes del gobierno aumentaron los ataques contra los sacerdotes y templos católicos, por permitir las protestas en sus parroquias.

El gobierno resiente también el apoyo que las iglesias ofrecieron a los manifestantes perseguidos y heridos durante las protestas que estallaron en 2018, cuya represión dejó 328 muertos, según la CIDH.

Este jueves, la iglesia llamó a una jornada de oración en solidaridad con las huelguistas de Masaya y para pronunciarse contra la profanación de los templos y los "vejámenes" que han sufrido los religiosos.