La Fiscalía General de la República inició el domingo una investigación contra agentes de la Policía Nacional Civil que amenazaron y amarraron a Rolando Castillo, de 62 años, a su bicicleta. El hecho ocurrió el pasado 7 de abril en San Miguel, durante la cuarentena obligatoria por la pandemia del COVID-19.

La Unidad de Comunicaciones de la Fiscalía confirmó ayer que comenzó las diligencias desde la tarde del domingo, mientras la Policía Nacional Civil (PNC) lleva a cabo un proceso para indagar sobre el caso: ayer, dos grupos encabezados por un sub inspector y el inspector jefe de investigaciones, de la delegación de San Miguel, llegaron a tomar declaraciones a Rolando.

Aunque ninguna institución informó del proceso en sus cuentas oficiales ni se reportan capturas, la Unidad de Control Policial de San Salvador ya está al tanto de los hechos, y tomaron la declaración de la víctima en su propia casa. Tiene prohibido abandonar su vivienda desde que fue expulsado de un albergue en Morazán, tras sufrir ocho horas de retención en la delegación de San Miguel.

Según Rolando, la Policía intentará recuperar de su teléfono un video de abuso policial contra un joven vecino conocido como Yovani, que le valió a él mismo su detención, mientras se dirigía a comprar alimentos.

“Me han dicho que la institución tomará sanciones contra los agentes involucrados. Se disculpan, que lo sienten muchísimo, que los hechos acontecidos son aislados y están trabajando para que no se repitan”, dijo Rolando a Diario El Mundo, después de rendir su testimonio a la corporación policial.

Rolando Antonio Castillo caminó casi cuatro calles con su bicicleta en la espalda, el manubrio en su cuello y las manos atadas, luego que tres agentes de la policía lo retuvieran por, según ellos, incumplir la cuarentena. La verdadera razón, según el sexagenario, es haber sido testigo de un “total abuso de autoridad”, y haberlo documentado en su teléfono.

Los agentes de la PNC también lo detuvieron, en la intersección de la avenida Simeón Cañas y la 21 calle Oriente. Después de ser interrogado, golpeado y ofendido, fue puesto a disposición de agentes de la Sección Táctica Operativa (STO) en la delegación de su municipio, donde también fue amenazado de quedarse preso en bartolinas si no firmaba un documento en el que acepta haber violado la cuarentena.

A pesar de ser trasladado al centro de contención instalado en Ciudad Mujer de San Francisco Gotera, Morazán, la directora del albergue lo envió a cumplir cuarentena domiciliar después de evaluarlo y revisar sus golpes. Regresó as 5:00 de la tarde “humillado y sin comida” a su hogar, asegura.