De acuerdo al informe, el año anterior hubo un índice de letalidad de 2.5 en la utilización de la fuerza por parte de agentes de la corporación policial, mientras que en 2018 el índice fue de 2.3, por lo que “la cultura del abuso permanece presente”, en los cuerpos de seguridad.
El índice de letalidad es medido por la cantidad de fallecidos en relación al número de heridos que se registra en los enfrentamientos.
De esta manera, según datos recopilados por Idhuca, aunque hubo menos enfrentamientos, menos muertos y menos heridos el año pasado en comparación con 2018, se comprueba que los ataques fueron más violentos y se constata “que no han cambiado los patrones de abuso dentro de la PNC”.
Solo en 2019, se registraron 294 enfrentamientos entre la Policía y presuntos pandilleros. Estos dejaron un saldo de 193 muertos y 76 heridos, todos supuestos criminales y civiles, dejando un promedio de 2.5 fallecidos por cada lesionado.
En cambio, durante el año anterior hubo 211 muertos y 91 heridos, por lo que el índice llegó a 2.3 presuntos pandilleros o civiles asesinados, por cada herido de ese mismo grupo.
Según el estudio, el índice debería ser menor a 1 de acuerdo a parámetros internacionales, puesto que estos enfrentamientos tienen un mayor saldo de lesionados que muertos, tanto en policías como en criminales. En El Salvador, sin embargo, ocurre lo contrario.
“Hay una letalidad alta en los enfrentamientos con grupos delincuenciales, los índices de letalidad deben bajar de uno aunque han bajado relativamente estos índices de letalidad, en un enfrentamiento deben haber más heridos que muertos, si no hay abusos de la fuerza, las armas están hechas para defenderse no para matar”, dijo José María Tojeira, director del Idhuca.
El Idhuca también indica a través del informe que a pesar que hay más denuncias en contra de policías que ejercen abuso de poder, todavía hay ausencias de condenas. Entre 2013 y 2019, solo ocho agentes de la PNC procesados por homicidio fueron condenados.