Bob Pierce, fundador de World Vision, utilizó como base para pedir que niños vivan en plenitud la desgarradora imagen que se ha hecho viral, en la que se ven los cuerpos de los salvadoreños, Óscar y Valeria ahogados en el río Bravo, fronterizo entre México y Estados Unidos.

Pierce pide que los niños vivan en plenitud y pide que "ante esta tragedia, deberíamos preguntarnos qué estamos haciendo mal, como sociedad, cuando quienes representan el presente y el futuro de El Salvador deciden partir en este viaje incierto".

Este el pronunciamiento completo:

“Que mi Corazón se Quebrante, con las Cosas que Quebrantan el Corazón de Dios”

…Con esas palabras llegó Bob Pierce, fundador de World Vision, al corazón de millones de contribuyentes que creen que los niños y niñas del mundo merecen vivir una vida en plenitud. Plenitud que parece no ser real al ver la imagen desgarradora de los cuerpos de Óscar, un padre joven y su hija Valeria, niña de tan solo 23 meses de edad, quienes murieron en el Río Grande, en su intento por llegar a los Estados Unidos.

Con esa desgarradora imagen circulando, pareciera que los salvadoreños volvemos a sensibilizarnos ante hechos que diariamente están afectando a los niños y niñas, quienes junto a su familia, están migrando, haciendo un recorrido peligroso y fatal hacia el norte, sufriendo las trágicas consecuencias del viaje en búsqueda de algo que aparentemente no se puede lograr aquí… En búsqueda del sueño americano.

Ante esta tragedia, deberíamos preguntarnos qué estamos haciendo mal, como sociedad, cuando quienes representan el presente y el futuro de El Salvador deciden partir en este viaje incierto.

Tal vez, no haya una única respuesta para esta pregunta, pero sí podemos plantear cientos de soluciones a esta crisis humanitaria, porque quienes deciden emprender un viaje, poniendo en peligro a sus propios hijos e hijas, lo hacen ante un horizonte oscuro y lleno de desesperanza.

Una de esas soluciones, las cuales deberían ser integrales e integradas, es la creación de oportunidades para las nuevas generaciones – oportunidades de formación y de empleo digno para los jóvenes, para que no sea la crisis económica la que presione a la juventud salir de su propio país.

Otra solución es trabajar en la reconstrucción del tejido social. Vivimos separados, con muchos connacionales que han partido a lo largo de nuestra historia, buscando mejores futuros en otras naciones. Sin embargo, también vivimos separados estando en el mismo territorio por una violencia que nos impide ejercer nuestro derecho a vivir libremente en nuestros lugares de origen sin temor alguno.

Si bien es cierto, hablar de “reconstrucción del tejido social” es complejo, vemos que es posible por medio de intervenciones comunitarias donde se fomente la sana convivencia. Como World Vision, sabemos que es posible. Vemos los resultados de nuestro trabajo y sabemos que la responsabilidad de crear un futuro brillante para los niños, niñas, adolescentes y jóvenes empieza con el compromiso de cada uno de nosotros.

Migrar es un derecho. Cierto. Pero también son derechos: la libertad, la seguridad, la justicia, la seguridad social, el trabajo, por nombrar algunos. Es responsabilidad de todos los que formamos el Estado crear las condiciones para que los ciudadanos, especialmente los niños y niñas, podamos ejercer nuestros derechos, ser protegidos, protegernos y proteger a otros.

El impacto de no hacer nada tiene altos costos y somos testigos de ello. No dejemos que Óscar y Valeria sean un número más. Súmate a nuestro movimiento #NecesitamosaTodoelMundo y procura el cambio para crear esas condiciones de paz, convivencia y oportunidades de desarrollo, empezando por ti.

Decía Edmun Burke, que “para que el mal triunfe, sólo se necesita que los hombres buenos no hagan nada”. No te insensibilices. Óscar y Valeria representan un ejemplo de sueños truncados, lucha, unidad y amor de padre e hija que no puede dejarnos indiferentes, y en esta lucha necesitamos a todo el mundo.