Ante el cierre del grifo de fondos por parte de inversionistas del mercado internacional a El Salvador por su alto nivel de riesgo, la Fundación Salvadoreña para el Desarrollo Económico y Social (FUSADES) recomienda un acuerdo stand-by con el Fondo Monetario Internacional (FMI) por $800 millones.

El Salvador está en proceso de colocar un combo de deuda por $3,000 millones pero debido al alto riesgo y la incertidumbre para los mercados emergentes, se encuentra en un entorno con altas tasas de interés y pocos inversionistas interesados en adquirir esos compromisos.

En ese entorno, para el economista de Fusades, Pedro Argumedo, la vía rápida y segura de garantizar esos recursos para pandemia es a través de un acuerdo stand-by -derecho de giro- con el FMI y así “se puede mostrar un compromiso con la estabilidad macroeconómica de mediano plazo” por parte de El Salvador.

Ese acuerdo permitiría que “las instituciones e inversionistas puedan ver de manera transparente el compromiso de ordenar la economía, y un plan de mediano plazo, con el visto bueno de un organismo reconocido en los mercados internacionales. Esto generará confianza para que coloquen sus ahorros (inversiones) en el país y a una tasa de interés razonable”, indicó Argumedo.

“El acuerdo con el FMI será inevitable”, consideró por su parte el economista Luis Membreño.

El Salvador logró un acuerdo stand-by con el Fondo Monetario después de la crisis de 2009 por una garantía de $790 millones para un programa económico enfocado en acelerar la recuperación de la economía, reducir la pobreza, mantener la estabilidad financiera y asegurar la sostenibilidad de la deuda. Sin embargo, los compromisos asumidos no se cumplieron y en 2012 se suprimió.

Un nuevo acuerdo de mediano plazo, según Argumendo, podría facilitaría a El Salvador la asistencia técnica tanto del FMI como del Banco Mundial para ordenar las finanzas públicas, en cuanto a la reducción del ratio de la deuda y el déficit fiscal como porcentaje del Producto Interno Bruto (PIB).

Aunque por hoy un acuerdo con el FMI sería “alarmista” para el mercado, consideró el economista Rommel Rodríguez, de la Fundación Nacional para el Desarrollo (Funde), si El Salvador no logra responder a la condiciones de mercado “creo que la salida” sería a través de un programa con el FMI.

El economista teme que “ante la premura” de los recursos, El Salvador termine recurriendo a una deuda con una tasa de interés alta para solucionar la falta de liquidez. Pero el pago por el servicio de esos compromisos “dinamitaría la sostenibilidad de las finanzas públicas”, sentenció.