El pasado 26 de septiembre asistí, junto a un nutrido público, a presenciar un concierto de la Orquesta Sinfónica de El Salvador bastante particular, pues era el último que dirigía el maestro Germán Cáceres como Director Titular de la Orquesta Sinfónica de El Salvador. Ustedes dirán que esto no tiene nada de particular, los directores de orquesta normalmente se retiran con la edad y cierran un ciclo en las agrupaciones orquestales, lo extraño eran las circunstancias con las que se llegó a estos últimos conciertos bajo la batuta del Maestro Cáceres.

Recién llegado de un viaje de trabajo del extranjero, una colega abogada que conoce mi pasado musical me enviaba el “link” de una noticia en un periódico digital que luego salía confirmada en periódicos tradicionales y que más adelante pude confirmar con el Maestro en una breve plática, su retiro “voluntario” luego de sostener una plática con la Dirección de Artes del Ministerio de Cultura, siendo efectiva su salida a final del mes de septiembre. Debo aclarar el hecho de que el Maestro estaba jubilado de la institución desde el año 2015 y que se había mantenido al frente de la Orquesta bajo una modalidad de contratación anual, llevando incluso en los últimos dos años la dirección de la agrupación él solo sin el normal refuerzo de un director asistente.

Como expresé anteriormente, no es nada extraño el retiro de un director de orquesta, de este músico excepcional de 65 años cumplidos que ha tenido bajo su batuta al patrimonio cultural vivo que es nuestra Orquesta Sinfónica de El Salvador por 30 años. El reparo está en las formas, un personaje de esta magnitud para el arte musical de nuestro país merecía una salida con más elegancia y respeto, o al menos un período de transición para preparar la despedida del que considero, sin temor a equivocarme, el músico académico más universal que ha dado El Salvador. Me costaba pensar al ver las noticias que esta fuera la primera gran decisión que tomaba la Ministra de Cultura, a quien no tengo el gusto de conocer, pero entiendo que es una persona preparada en el tema de gestión cultural por referencias periodísticas y las que he tenido de los músicos más jóvenes que han participado en programas de orquesta juveniles, y que incluso hacían pensar en una administración distinta de esta cartera de Estado. Distinto habría sido realizar una transición planificada, acompañada por la experiencia y guía del Maestro Cáceres, una selección de un nuevo director en base a una terna de candidatos, calificando experiencia, repertorio, estudios musicales, etc., como se hace en la mayoría de orquestas profesionales, porque sí, con sus carencias y defectos, que las tiene, la OSES es la única orquesta profesional que tenemos en el país.

El catálogo de obras del Maestro Cáceres, que por cierto se ha ejecutado alrededor del mundo, abarca prácticamente todos los géneros musicales posibles: obras de cámara, conciertos para solistas y grandes obras orquestales, composiciones para voz, guitarra, violín, piano, clarinete, por mencionar parte de sus creaciones. No hay orquesta de primer nivel en Latinoamérica que no haya dirigido (Simón Bolívar en Venezuela, nacionales de Chile, Perú, Guatemala, todas las orquestas principales de México) y un número importante de Orquestas en Estados Unidos y Europa. Sus años de estudio de Julliard School en Nueva York, donde destacó además como un excelente oboísta, le permitieron colaboraciones y amistad con artistas importantes, muchos de los cuáles vinieron al país a compartir su experiencia con los músicos salvadoreños. De especial mérito fue la creación del Festival de Música Contemporánea de El Salvador, y últimamente ha colaborado con las varias orquestas juveniles del país, que estoy seguro agradecen que el maestro se tome el tiempo de trabajar con ellos. Sus logros le han merecido reconocimientos de todo tipo, como la Orden de Caballero de las Artes y las Letras, otorgada por el Gobierno de Francia por mencionar solo uno.

Germán Cáceres trasciende al dejar la Orquesta? No, la Orquesta y él han trascendido a lo largo de estos 30 años. El público se lo demostró en estos últimos conciertos. Y no dudo que pronto lo veremos batuta en mano, dirigiendo. Germán Cáceres… ¡¡MAESTRO!!