Captura de pantalla / Twitter


Alexa Franco practica la gimnasia artística desde pequeña. A pesar de que su familia se identificó con el atletismo, su pasión caminó en otro sentido, ella veía gimnastas por televisión. En el 2012 ganó dos medallas de oro, una plata y una de bronce. En el 2016 ganó tres medallas de plata en el Campeonato Centroamericano de Guatemala. En 2017 ganó en la misma justa dos medallas de oro y dos de plata, además de obtener la plaza para los Juegos Centroamericanos y Caribe Barranquilla 2018 y Juegos Panamericanos Lima 2019.

Su madre, Norma Franco, campeona maratonista salvadoreña, no pudo continuar su carrera deportiva a causa de un accidente automovilístico en 1984, a pesar de eso transmitió el espíritu competitivo a su hija Alexa, que obtuvo la oportunidad de participar en el Mundial de Gimnasia de Alemania a realizarse en octubre. El deseo está intacto pero la limitación es cubrir los fondos de alimentación y vuelo para poder competir.

Una publicación en Twitter dio la esperanza para que funcionarios públicos o sociedad civil puedan contribuir a la causa. “Me comuniqué con mi sobrina Pamela Franco y mis hermanos para que me pudieran ayudar y difundir la noticia. No he tenido pláticas con Yamil Bukele (presidente del Instituto Nacional de los Deportes de El Salvador) pero yo salgo de Guatemala el domingo, espero nos podamos reunir para que pueda ayudarme con los gastos, porque me llevaría el sueldo de unos meses para pagar el boleto al mundial”.



“El costo de viaje y alimentación son 800 a 1,000 dólares, son tres atletas los que van: mi hija, Paola Ruano y Flavio. Esta competición es una clasificatoria a los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, y si primero Dios clasificáramos el gasto correría a cuenta del Comité Olímpico”, también agregó,

“Nosotros vivíamos en Santiago Nonualco y nos mudamos a Guatemala porque ese lugar era muy peligroso y quería que Alexa tuviera un buen ambiente para entrenar. Yo trabajo de médico con personas de escasos recursos pero el sueldo no es mucho”.

Norma explicó que la rutina de su hija es bastante pesada para mantener el estudio universitario y el entrenamiento a ritmo. “Ella entrena en la mañana condición física, donde yo le ayudo porque tengo conocimiento de eso y en la tarde de 4:30 a 7:30 hace rutina de flexibilidad y eso le ayuda en la resistencia para soportar la rutina de piso. Lleva sus clases un día a la semana para poder entrenar los siguientes días”.

Ella pide ayuda al pueblo salvadoreño. “Le pido a Dios, al buen samaritano, prójimo y compatriota para poder realizar este sueño y poder competir en los olímpicos. En el país hace falta publicidad, cuando yo competía informaba a la prensa y eso mejoró el atletismo”.