A pesar de que el Gobierno Electrónico trae consigo múltiples beneficios, el avance en su aplicación no ha sido tan rápido como se desearía en muchos lugares del orbe. Me parece que la administración pública no ha podido enfocarse en el ciudadano y desarrollarse plenamente, debido al poco esfuerzo que se ha puesto en cambiar la cultura tradicional -de los ciudadanos y de los funcionarios públicos-, hacia una que promueva el intercambio de información, el trabajo en equipo y la formación de funcionarios y directivos con conocimientos de esta forma de administrar y gobernar. Es común encontrar que el gobierno es mirado como un elemento que causa inestabilidad y que incrementa cada vez más el gasto público. Existe una preocupación por los ejemplos de derroches, retrasos, falta de administración y corrupción alrededor del sector público, todo lo cual lleva a ineficiencias al traspasar el gasto público a la entrega de servicios.

Me parece que los funcionarios públicos tradicionalmente han tomado decisiones que no consideran los intereses de los ciudadanos a los que supuestamente sirven. Por ello y en su momento, pensadores neoliberales como John Locke y Adam Smith, postularan reformas al gobierno que disminuían su poder e incrementaban el del sector privado, incentivando el crecimiento individual por sobre el comunitario, ya que pensaban que así se llegaría finalmente al beneficio general. Una visión contemporánea de esta cuestión ha llevado a la nueva administración pública, que se define como un punto de encuentro entre el sector público y la ideología liberal, intentando obtener lo mejor de ambos mundos. A esto se le ha llamado la “influencia del espíritu empresarial en el sector público”.

Ha sido bastante común que las iniciativas de Gobierno electrónico se inserten en procesos más amplios de reformas de gobierno. Lo que el Gobierno Electrónico se propone es seguir las tendencias del mercado y de lo que se ha denominado comúnmente la era de la información o sociedad del conocimiento, que al fin y al cabo, describen cómo se están realizando los negocios y cómo se vive en el mundo actual. Tres son las fuerzas internas principales que llevan al desarrollo del Gobierno Electrónico: Primero, la mejora de servicios, esto es, la realización de cambios en la gestión que permita satisfacer las expectativas de los usuarios y mejorar la relación con ellos. Segundo, el desarrollo, esto es, la búsqueda constante de facilitar el desarrollo cultural, social y económico. Y tercero, la eficiencia económica, esto es, la necesidad de reducir costos e incrementar eficiencia.

Asimismo, existen fuerzas del entorno que impulsan a los gobiernos a desarrollar el Gobierno Electrónico: Por un lado la globalización, pues se requiere conocer y responder a los cambios que ocurren en lugares geográficamente lejanos. Por otro lado, lograr gestionar la información, pues ésta se ha convertido en la principal fuente de riqueza de las empresas, regiones y países. También lo relacionado a los avances tecnológicos, ya que facilitan la comunicación y entrega de servicios. Los avances tecnológicos son de gran magnitud y se suceden a una tasa vertiginosa, particularmente con el advenimiento del internet; sin embargo, se pueden indicar tres principales macrotendencias concurrentes en lo que a las Tecnologías de la Información y Comunicación se refiere: Primero, la capacidad de comunicación, esto es, el permanente aumento del ancho de banda de comunicaciones, es decir, cada vez es posible emitir y recibir más información por unidad de tiempo. Esto posibilita nuevas interacciones que demandan mucha transmisión de datos, como por ejemplo videoconferencias, telediagnóstico, etc. Segundo, la digitalización de la información, esto es, la posibilidad creciente de llevar cualquier tipo de información a una representación basada en bits, lo cual posibilita almacenar, transmitir, procesar y consultar información de diversa naturaleza en ordenadores, tales como sonido, gráficos, fotografías, documentos, vídeos, etc. Tercero, la capacidad de procesamiento, esto es, el aumento sostenido en la capacidad de procesamiento de los ordenadores, es decir, cada vez se puede procesar más información por unidad de tiempo. Lo anterior no lleva acompañado un aumento del costo, de hecho la tasa de procesamiento por unidad monetaria también aumenta, y además del procesamiento, también aumenta la capacidad de almacenamiento, mientras disminuye continuamente su costo.

A lo anterior se suman las exigencias de los ciudadanos, ya que en la medida que conocen el potencial de la conectividad e interactúan con empresas del sector privado para comprar bienes o servicios, aumentan sus expectativas y disminuye su tolerancia a la ineficiencia y trato impersonal que les ofrecen los servicios públicos tradicionales. Asimismo, la incorporación de tecnología en las municipalidades, ministerios y servicios públicos en general, vuelve a las instituciones públicas más atractivas para el inversionista, pudiendo realizar negocios que terminan beneficiando al sector económico y al país entero.