Varias generaciones las han usado, hecho suyas y fortalecido a través de su preferencia, al igual como confiaron desde nuestra fundación en nuestro proyecto editorial.
Por eso la nostalgia brota al ver aquella oferta de vehículos FORD, las promociones de sopas Continental y detergente Rinso. También la curiosidad de quienes no nacimos en dicha fecha, nos llevan a contemplar cómo las mujeres podían alcanzar la elegancia con las blusas estadounidenses “Glamour” de Ban-Lon desde 13.50 colones ($1.58).
Pero esa no era la única marca con fortaleza impresa en nuestras primeras páginas. Ahí también nos encontramos con camiones Mack, distribuidos por la Compañía General de Equipos con un anuncio que hace referencia de la nueva publicidad.
En aquel momento también se daban los primeros pasos a la publicidad con objetivos sociales como el que imprimió CAESS: una carta de un padre pidiendo a los conductores que no atropellaran a los niños.
Otra marca que se encargó de respaldar a los consumidores fue Philips, promocionando su club de televidentes, que habían encontrado en los nuevos televisores de 19 y 23 pulgadas en blanco y negro, la perfecta alternativa para mantener entretenida a la familia.
En 50 años reconocidas marcas son y siguen siendo nuestros principales aliados para que los lectores y consumidores puedan encontrar sus productos ideales.
