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"Vivimos un momento mágico y cedimos un poco a la euforia. No volverá a pasar", dijo este sábado el capitán de Francia Hugo Lloris recordando la derrota en la final de la pasada Eurocopa a menos de 24 horas de jugarse el título mundial contra Croacia.

Preguntado por lo sucedido hace dos años en Francia, Lloris comenzó recordando que "la mayoría de los jugadores (convocados para Rusia-2018) no estuvieron presentes" en una Eurocopa en la que los Bleus derrotaron a la campeona del mundo Alemania en semifinales (2-0) en Marsella y después perdieron la final contra Portugal en la prórroga (1-0).

"Es cierto que vivimos un momento mágico en el Velodrome y cedimos un poco a la euforia. No ha sido el caso después de Bélgica", explicó el arquero sobre la semifinal ganada a los Diablos Rojos en San Petersburgo (1-0).

"Sabemos de dónde venimos y el esfuerzo realizado. No volveremos a ceder a la euforia", añadió convencido.

Lloris aseguró que tras la derrota hace dos años "no sé si pensábamos que tendríamos otra oportunidad de hacer historia por nuestro país". "Hay que aprovechar la oportunidad y no tener remordimientos", insistió.

También se comparó el actual momento con la victoria de los Bleus en el Mundial-1998 y la euforia que se despertó en Francia con aquel triunfo, pero "para ser honestos, estamos en nuestra burbuja, aunque claro que somos conscientes de lo que se está viviendo en el país".

Sobre el rival, Croacia, Lloris destacó que "es un equipo que, clasificándose en tres rondas consecutivas en la prórroga, ha demostrado muchos recursos, tanto a nivel técnico como físico y mental".

"Tienen mucho talento individual al servicio de una gran fuerza colectiva", añadió.

Lloris destacó que Francia ha estado guiada en todo el torneo "por esa voluntad de sobreponernos a todos los desafíos" y que no siente la presión "porque no sé si somos conscientes realmente de lo que estamos haciendo... y quizá sea mejor así".

No obstante, el portero del Tottenham no dudó en calificar la final como "el partido más importante de nuestras carreras", que deben afrontar también con ganas de "disfrutar e incluso con un punto de despreocupación".