El príncipe Guillermo y su esposa Catalina rindieron homenaje el martes a los muertos en la lucha por la independencia irlandesa, en el inicio de una visita a la República de Irlanda semanas después del histórico avance electoral de los partidarios de la reunificación.

La pareja, que viajó desde Londres en un vuelo comercial, aterrizó en el aeropuerto de Dublín a primera hora de la tarde. La duquesa de Cambridge vestía un abrigo entallado verde oscuro sobre un vestido floreado también verde, el color nacional de Irlanda. Guillermo llevaba traje y abrigo oscuros, con corbata verde.

Esta visita de tres días fue organizada por petición de la diplomacia británica bajo el signo de la reconciliación.

El nieto de Isabel II de Inglaterra -segundo en la sucesión al trono- y su esposa se entrevistaron con el presidente irlandés Michael D. Higgins y con el primer ministro saliente Leo Varadkar que, tras su derrota en las elecciones del 8 de febrero, está en funciones a la espera de la formación de un nuevo ejecutivo.

Los duques de Cambridge también se inclinaron ante el monumento del Jardín del Recuerdo, que rinde homenaje a quienes murieron en la lucha por la independencia, principalmente a manos de las tropas británicas. Se depositó una ofrenda floral, firmada por Guillermo y Catalina, con la inscripción "no olvidemos nunca las lecciones de la historia, mientras seguimos construyendo juntos un futuro mejor".

Toda Irlanda estuvo bajo dominio británico hasta la sangrienta guerra de independencia que terminó en 1921 con la partición de la isla, cuyo norte sigue siendo una provincia del Reino Unido.

Las visitas de los miembros de la familia real británica fueron durante mucho tiempo imposibles debido a la amenaza de grupos armados como el IRA (Ejército Republicano Irlandés), una formación paramilitar ferozmente opuesta a la presencia británica en la isla.

Un tío bisabuelo del príncipe Guillermo, Louis Mountbatten, el último virrey de la India, fue asesinado en 1979 por una bomba colocada bajo su barco por el IRA. Fue mentor del príncipe Carlos, el padre de Guillermo.

Con la promesa de defender la unificación irlandesa por medios pacíficos, el IRA puso fin a la violencia en 1997, tras tres décadas de un sangriento conflicto que dejó 3.500 muertos en ambos bandos.

Tras el retorno de la paz, gracias al acuerdo del Viernes Santo de 1998, Isabel II pudo realizar una visita de Estado en 2011, convirtiéndose en la primera monarca británica en pisar el suelo de lo que hoy es la República de Irlanda desde la llegada al trono de su abuelo Jorge V un siglo antes.

La visita de Guillermo y Catalina tiene lugar en un momento sin precedentes en la vida política irlandesa.

En un país hasta ahora dominado por dos grandes formaciones centristas, el partido republicano Sinn Fein, exbrazo político del IRA y defensor de la reunificación con Irlanda del Norte, logró un avance histórico en las elecciones legislativas irlandesas, convirtiéndose en la segunda formación del país.

Si logra formar gobierno, promete un referéndum sobre la unificación de la isla en un plazo de cinco años. Pero sin mayoría y sin acuerdo de coalición, el país está sin un nuevo gobierno.

Es también un momento delicado para la corona británica, que se vio recientemente sacudida por el abandono de las funciones oficiales de la familia real por el príncipe Enrique, el hermano menor de Guillermo, y su esposa Meghan.