Del repaso que hemos hecho hasta aquí, quedan claros algunos puntos: Al entrar El Salvador a ciegas en la dolarización, ni sus dirigentes políticos, empresariales o sociales, ni el pueblo en general, supieron a qué se enfrentaba el país, cuáles podrían ser las consecuencias de este hecho y cuál debía de ser la conducta de todos frente al problema.

Como consecuencia, tanto el gobierno del Presidente Flores como el del Presidente Saca, y los otros Gobiernos posteriores a éstos, han aceptado la dolarización sin beneficio de inventario y han gobernado como si no habría cambiado nada desde el año 2000. Todos los Gobiernos, en forma irresponsable no han tomado con seriedad el tema de la Disciplina Fiscal, lo que es un peligro. Al comprar las reservas en dólares del Banco Central con colones sobrevalorados se provoco una inflación del 70 % en los precios, perdiendo la competitividad, esto es parte de la crisis económica. Las reservas dólares, se convirtieron en la M.I. Lo más grave es que se ordenó que toda la economía salvadoreña se manifestara en dólares “que no tenemos” y para las M2 y M3, solo tenemos “colones” para responder, esto es Constitucional.

Los políticos, representados en el Congreso, Ejecutivo, municipios, consejos provinciales, se han mantenido totalmente ajenos a la dolarizada crisis económica y de su baja competitividad: Ellos han seguido persiguiendo sus propios intereses personales, sin importarles lo que sus acciones y omisiones están dañando el país.

Las Cámaras de Comercio, importadores, acreedores y financistas desde el principio apoyaron entusiastamente la adopción del dólar como moneda de curso legal, esto es “inconstitucional”. En el caso de las Cámaras de Comercio era entendible esa posición, debido a la importante presencia del comercio importador, así como de la Banca. Pero, en el caso de las demás Cámaras Exportadores, Deudores e Industriales, agricultores, no se puede entender cómo aceptaron algo que más temprano que tarde, iba a traer una enorme crisis económica y serias dificultades a sus agremiados. Lo peor es que muchos de los dirigentes de estas “Cámaras de Exportación y Producción” hasta hoy no han logrado comprender lo que está pasando y por pasar, con la dolarización.

Otro resultado del Modelo Económico de Sustitución de Exportaciones que vive El Salvador dolarizado es la generación de una mayor concentración del ingreso y la riqueza. Las actividades económicas productivas más castigadas hoy son aquellas que más intensivamente usan mano de obra y materias primas locales. Esto sucede porque, dada la baja productividad y pérdida de competitividad, por un lado, y el hecho de haber quedado intactas todas las regulaciones legales del pasado, que estuvieron concebidas para otras circunstancias económicas.

La capacidad del Estado para afrontar las crecientes demandas de una sociedad con ingentes problemas de pobreza se ha disminuido. Y se ha agravado con la deuda de Eurobonos y bonos internos que supera los 7.733 millones. A junio pasado indico la deuda pública supero los $18.459.9 millones y los intereses.

Lo peor es que ahora se está planeando la emisión de nueva deuda de 2,000 millones de eurobonos en dólares para poder hacer sus pagos de deuda, en vez de usar una emisión de colones, lo que es Constitucional. No es prudente más deuda en dólares, si esta acción se lleva a cabo.

La Ley de Integración Monetaria que fue aprobada y mal aplicada fue y es una Burla. La Sala de lo Constitucional ante los amparos de inconstitucionalidad, dio un fallo confirmando la burla: El fallo dice: “4. Declárase que en los arts. 3, 4, 5 inc. 1°, 15 y 23 letra a) de la LMI no existe violación a los arts. 111 y 131 ord. 13° Cn. Pues, a partir de una interpretación sistemática, se concluye que el Estado salvadoreño puede orientar una política monetaria sin emitir necesariamente moneda, siempre que disponga de herramientas de política monetaria por medio de las cuales pueda afectar la cantidad de dinero en circulación en la economía, lo cual sucede en el presente caso, como se ha evidenciado en el Considerando VI 3 de esta sentencia; a lo cual se agrega que, además, el Estado Salvadoreño conserva su potestad de emisión monetaria en virtud del inc. 1° del mismo art. 111 Cn.”

El Salvador en estas condiciones está imposibilitado de evitar una crisis total en el momento en que sobrevenga un factor desencadenante, como una caída en los $5,000 millones de remesas y no se pueda tener más préstamos en dólares, un fenómeno natural catastrófico, una apreciación rápida del dólar, una crisis político-social y económica y, como ya ha sucedido en el pasado y no hay ninguna razón para que podamos creer que no pasará en el futuro, pues tenemos una dolarizada crisis económica. La que no se le ha dado un diagnóstico y su posible corrección.