El hombre que involuntariamente provocó el gran movimiento de protesta que sacude a Hong Kong desde junio, aceptó regresar a Taiwán para ser juzgado por el asesinato de su pareja, anunció el viernes un sacerdote que lo visitó en prisión.

Chan Tong-kai, de 20 años, es buscado por Taiwán, sospechoso de haber asesinado en febrero de 2018 a su novia embarazada en la isla, donde los dos hongkoneses pasaban 15 días de vacaciones.

En ese momento huyó y regresó a Hong Kong, donde la policía de Taipei no pudo detenerle debido a la falta de un acuerdo de extradición entre la antigua colonia británica y Taipéi. Este vacío jurídico había llevado al ejecutivo de la región semiautónoma, pro-Pekín, a adoptar un texto que autorizaba las extradiciones a países, entre ellos la China continental, con los que no existía acuerdo alguno.

Este proyecto de ley ha desencadenado una amplia movilización, con manifestaciones y acciones casi cotidianas desde hace más de cuatro meses, dando lugar a la peor crisis política desde la devolución en 1997 de la excolonia británica a China.

Este texto fue suspendido a principios de septiembre, no obstante, los manifestantes ampliaron considerablemente sus reivindicaciones y se intensificaron los enfrentamientos entre la policía y los manifestantes más radicales.

El hombre que, independientemente de su voluntad, está en el origen de esta crisis se ha declarado dispuesto a viajar a Taiwán para ser enjuiciado. Chan está cumpliendo una breve pena de prisión en Hong Kong después de haber sido declarado culpable del robo de bienes de su novia.

Chan, que durante el juicio no impugnó el asesinato de Poon Hiu wing, será liberado la próxima semana.

El reverendo Peter Koon, miembro del clero anglicano, lo visitó periódicamente en la cárcel y, según él, Chan dijo que estaba dispuesto a rendirse a las autoridades de Taiwán.

"Creo que cumplirá su palabra", declaró Koon a la AFP, y añadió que el acusado había contratado abogados taiwaneses y se había convertido al cristianismo en la cárcel.

"Expresó su profundo pesar por la familia de la víctima y lamentó haber causado tales problemas en Hong Kong", añadió Koon, calificando la decisión del acusado de "valiente".

En Taiwán, el asesinato se castiga con la pena de muerte, pero el pastor ha afirmado que Chan debería evadir esa pena si se entregaba voluntariamente a las autoridades.