Durante 14 largos años, la Asamblea Legislativa ha tenido en el congelador la famosa “Ley del Agua”. Durante todo este tiempo, los diputados solamente se han puesto de acuerdo para aprobar 20 artículos de esa ley, algo así como cuatro artículos por cada una de las cinco legislaturas que han tenido en sus manos el proyecto.

Evidentemente es un tema delicado. El agua es un bien preciado en un país sobrepoblado y con escasez de manantiales naturales consumibles para el ser humano. Es increíble la cantidad de gente a la que le falta el agua en El Salvador o que les llega a unos niveles vergonzosos para el ser humano. Pero también hay una realidad, los sucesivos gobiernos han intentado apoderarse de inversiones privadas en agua y el proyecto de ley tiene muchas cosas ambigüedades que podrían terminar en confiscaciones arbitrarias.

Temas como este son los impostergables que siguen postergándose.

Otro tema tan complejo como el agua y quizás más doloroso y peligroso. Hace una década también se impuso la prescripción de pandillas como bandas de crimen organizado. La semana recién pasada se cumplió esa década. Dentro de esa década también se dio una significativa sentencia de la Sala de lo Constitucional que declaró “grupos terrroristas” a esas bandas criminales. Pero los sus sucesivos gobiernos solo han estado ahí… deteniendo la peña y bajo serios cuestionamientos de pactos y treguas, una situación que golpea el ánimo de la gente y que cuestiona el verdadero objetivo de las autoridades en materia de seguridad pública, mientras esas bandas solo se fortalecen. No podemos seguir postergando lo impostergable pero de nosotros los ciudadanos está exigir, demandar, reclamar que esto no siga sucediendo.