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Las agresiones a los defensores de los migrantes se intensificaron en el triángulo norte de Centroamérica, México y Estados Unidos, luego de que estos dos últimos países llegaron a un acuerdo en junio para reducir el flujo migratorio, reveló un nuevo estudio de distintas organizaciones, informó La Opinión de Los Ángeles.


El informe “Defensores sin muros: Personas defensoras de derechos humanos criminalizadas en Centroamérica, México y Estados Unidos”, presentado en Ciudad de México, advierte que desde que el Gobierno mexicano comenzó las detenciones y deportaciones a migrantes centroamericanos se intensificó también la persecución a los defensores de sus derechos.


El estudio documentó los lugares donde sucedieron violaciones a los derechos humanos de los defensores a migrantes.


Se tienen registros de detenciones y arrestos en 16 estados de México, así como en El Salvador, Honduras, Estados Unidos o Guatemala.


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Asimismo, hubo deportaciones y amenazas de deportación en cinco lugares como Ciudad de México, Guadalajara, Tapachula, Tijuana o Esquipulas (Guatemala).


También hubo detenciones y juicios en cuatro lugares, tres de ellos en México y uno en Estados Unidos.


A eso se le suman casos de difamación y amenazas en cinco lugares, y casos de vigilancia, intimidación y ataques contra albergues y centros comunitarios en nueve lugares.


Por último, el informe advierte de presencia de redes criminales, grupos nacionalistas y actores armados no gubernamentales en siete sitios.


Todos esos casos sucedieron en el periodo de octubre de 2018 a septiembre de 2019 en México, Estados Unidos y en el llamado triángulo norte de Centroamérica, que engloba a Guatemala, Honduras y El Salvador, si bien aumentaron en los últimos meses.


Desde octubre de 2018 miles de migrantes, en su mayoría centroamericanos, empezaron a cruzar en caravana México para llegar a Estados Unidos.


A inicios de junio, Estados Unidos y México llegaron a un acuerdo migratorio que evitó que el primer país impusiera aranceles a todos los productos provenientes del segundo.


A raíz de ello, México envió a las fronteras norte y sur a la Guardia Nacional, lo que ha provocado una reducción del 58.7 % del flujo migratorio.


Pero en ese tiempo distintas organizaciones han denunciado malas prácticas por parte de las autoridades mexicanas en el trato a migrantes y a sus protectores.