Una pareja con trajes protectores camina en una calle de Wuhan, China./AFP


 

Estados Unidos llegó a la conclusión de que China mintió en su balance de víctimas del nuevo coronavirus, infravalorando los casos, según un informe de inteligencia presentado a la Casa Blanca y citado este miércoles por varios congresistas.

Interrogado al respecto durante su rueda de prensa informativa diaria, el presidente Donald Trump dijo: "Sus cifras parecen un poco subestimadas, y soy generoso cuando digo esto".

No obstante, un poco más tarde agregó que "respecto al tema de saber si sus cifras son correctas, yo no soy un contador chino".

La agencia Bloomberg hizo referencia el miércoles a este informe confidencial remitido la semana pasada a la Casa Blanca.

La inteligencia estima que las cifras de muertes y casos de contaminación publicados por Pekín son falsos, intencionalmente por debajo de la realidad, afirma la agencia de noticias.

"El Partido Comunista Chino ha mentido y seguirá mintiendo sobre el coronavirus para proteger al régimen", dijo el senador republicano Ben Sasse.

"La inteligencia estadounidense ahora ha confirmado lo que ya sabíamos: China ha estado ocultando la gravedad de este virus durante meses", agregó su colega de la Cámara de Representantes William Timmons. "El mundo ahora está pagando por sus errores".

Michael McCaul, integrante republicano del Comité de Asuntos Exteriores de la Cámara de Representantes, también señaló, basándose en el informe, que las autoridades chinas habían "ocultado el verdadero balance de las personas infectadas con la enfermedad".

La administración Trump, comenzando por su secretario de Estado Mike Pompeo, ha sido muy duramente crítica con China en las últimas semanas, afirmando que Pekín ha carecido de transparencia sobre el alcance de la epidemia.

Pero hasta ahora no había acusado tan claramente a la potencia asiática de mentir sobre su balance.

El martes, la coordinadora de la unidad de crisis creada por la Casa Blanca para combatir la pandemia, sin embargo, pareció confirmar que el registro chino estaba infravalorado.

"Creo que la comunidad médica interpretó los números chinos como si fueran serios, pero probablemente lo son menos de lo que temía, a la luz de lo que estamos viendo en Italia y España, porque no teníamos una cantidad significativa de datos", dijo la doctora Deborah Birx.

China, donde el primer paciente fue detectado oficialmente en diciembre, ha registrado 3.312 muertes y 81.554 casos, según las cifras publicadas. Menos que Estados Unidos, donde el COVID-19 hasta ahora ha matado a unas 4.600 personas e infectado a más de 209.000, según el recuento de la Universidad Johns Hopkins.

El brote comenzó en la provincia china de Hubei a fines de 2019, pero el país ha reportado públicamente solo unos 82,000 casos y 3,300 muertes, según datos compilados por la Universidad Johns Hopkins. Eso se compara con más de 189,000 casos y más de 4,000 muertes en los EE. UU., Que tiene el brote más grande reportado públicamente en el mundo.

Si bien China finalmente impuso un bloqueo estricto más allá de los de las naciones menos autocráticas, ha habido un considerable escepticismo hacia los números reportados por China, tanto fuera como dentro del país. El gobierno chino ha revisado repetidamente su metodología para contar casos, excluyendo por completo a las personas sin síntomas, y solo el martes agregó más de 1,500 casos asintomáticos a su total.

Las pilas de miles de urnas fuera de las funerarias en la provincia de Hubei han generado dudas públicas en los informes de Beijing.