Ir al gimnasio, ponerse a dieta, aprender otro idioma, cambiar de trabajo o de ciudad son los propósitos de año nuevo más comunes según la psicóloga y directora técnica de Clínicas Origen, Pilar Conde, para quien estos objetivos se pueden lograr incorporando el apoyo psicológico a los cuidados periódicos preventivos de salud.

Tal y como ha asegurado, durante el mes de diciembre aumentan las consultas en las clínicas de psicología, ya que se trata de un tiempo donde las emociones cobran especial intensidad y se experimentan demasiados sentimientos, frustraciones y añoranzas, puesto que las reuniones familiares, ha explicado, sitúan a las personas ante relaciones y problemas que les hacen sentir incómodos e incluso mal, en ocasiones unido a que en muchos hogares faltan personas a las que se echa de menos.

"La Navidad suele ser una época simbólica de transformación. Comienza un año, termina otro. Así pues, las consultas psicológicas son habituales. En enero la búsqueda se basa en procesos que ayuden a cumplir los famosos propósitos de año nuevo", ha asegurado la psicóloga Pilar Conde.

A todo ello, ha explicado, se suma la frustración añadida de no poder afrontar las fiestas navideñas como a uno le gustaría, organizar celebraciones, comprar más regalos, etc., así como la frustración derivada de lo que los objetivos no alcanzados en el año que ya termina.

Así, ha destacado que puede ocurrir que para muchas personas, las llamadas fiestas de la ilusión puedan convertirse en una pesadilla, en mitad de la cual surge la búsqueda las expectativas para la época que comienza. Se persigue, ha aclarado, un revulsivo, un cambio que proyecte a las personas en una situación diferente el próximo diciembre.

TRABAJAR EN EL BIENESTAR EMOCIONAL

Para la experta, ese bienestar emocional se puede lograr 'per sé', mediante el cuidado de la propia salud mental o lo que es lo mismo, incorporando el apoyo psicológicas a los cuidados periódicos preventivos de salud.

"Un proceso terapéutico o de mejora, lo que coloquialmente se denomina 'ir al psicólogo', supone el aprendizaje de herramientas psicológicas que te sirven para saber cómo gestionar tus emociones, para mantener o dirigir la motivación hacia aquello que deseas, para convertirte en tu mejor aliado y dejar de boicotearte con pensamientos internos que no te llegan a ayudar en tu día a día", ha explicado.

"Por lo tanto, al igual que acudimos a los dentistas a revisiones, al fisioterapeuta o al gimnasio, con el fin de mantener nuestro físico, es adecuado que empecemos a que trabajar con el concepto integrado de que la salud también está en nuestro bienestar psicológico y que son los profesionales de la psicología los que no pueden ayudar", ha aconsejado.

La experta ha expresado que la educación en inteligencia emocional debería ser obligatoria en la escuela "tanto grupal como individual", y ha afirmado que es una de las demandas más habituales en consulta, "así como una de las herramientas prioritarias para poder mantener un trabajo, una relación personal, amistades, familia, y sentirse bien con uno mismo".

Para la experta, ir al psicólogo ayuda al crecimiento personal y en las propias relaciones sociales y de pareja, ya que permite conocerse a uno mismo de manera más consciente y así optimizar las propias capacidades y emociones. Además, permite mantener a raya la ansiedad, el síntoma que avisa de que se debe afrontar de manera distinta una situación adversa y de que hay que pedir ayuda. Por eso, Conde ha considerado un valor añadido la presencia de un psicólogo en el entorno laboral, perfil ya integrado en algunas empresas españolas.

"En definitiva, debemos ir al psicólogo no sólo porque tengamos problemas sino también como herramienta para fomentar nuestro bienestar emocional. Este podría ser el primero de nuestros propósitos de año nuevo", ha concluido la experta.