Desde la izquierda: el argentino Lionel Messi camina junto al uruguayo Luis Suárez, ambos delanteros del FC Barcelona / AFP


Barcelona celebra una victoria que tenía embolatada, luego de comenzar perdiendo ante el Inter de Milán. No obstante, la efectividad de Luis Suárez sirvió para darle vuelta al marcador en el Camp Nou, dejando el resultado 2-1 en el grupo F de la Champions.

El 'pistolero' sacó todo su repertorio anotador en el segundo tiempo, tras un arranque lleno de dificultades, con los goles celebrados al minuto 58 y 84, este último a pase de Messi.

Punto de inflexión

Sobre minuto 60, los neroazurri cerraron líneas y dejaron de atacar con tal de defender el punto que todavía mantenían. Y consiguieron aguantar el resultado durante unos cuantos minutos. Pero entonces llegaron los mejores minutos de los de Ernesto Valverde. Y estos coincidieron con la salida de un crack del terreno de juego: Antoine Griezmann.

El ex del Atlético de Madrid fue sustituido por Ousmane Dembélé y a partir de ese momento se vio lo mejor de la noche. Messi, Suárez y el resto del equipo pareció despertar del todo. Y es que hasta ese momento, como se escuchó de más de uno en el Camp Nou tanto en la grada como en el banquillo, parecía que el Barça jugaba “con 10”.

Griezmann no encaja

El delantero francés sigue sin encontrar su sitio en el equipo. No encaja en el sistema de Valverde. El Txingurri no sabe dónde meterlo para sacarle el mejor rendimiento. Y el futbolista tampoco es capaz de evolucionar.

Este miércoles se vio a un Griezmann desconectado del resto de la delantera. Y no solo eso. Esta no empezó a funcionar hasta que el galo salió del terreno de juego. Y algunos ya han empezado a sentenciarlo en el conjunto culé: “Hay un muerto en el Barça”. Tres goles en nueve partidos son un balance muy pobre. Demasiado.

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