Un tribunal sueco ha condenado al rapero estadounidense ASAP Rocky y a otras dos personas más por una agresión perpetrada el 30 de junio en una calle de Estocolmo, al considerar que no hubo ninguna amenaza previa que justificase los golpes propinados.

El rapero, de 30 años y cuyo nombre real es Rakim Mayers, permaneció recluido en Suecia desde su arresto hasta el final del juicio, el 2 de agosto, fecha en la que subió a un avión rumbo a Estados Unidos. Entre sus defensores figura el presidente norteamericano, Donald Trump, que llegó a criticar incluso al Gobierno sueco.

El tribunal de distrito de Estocolmo ha rechazado los argumentos de la defensa y ha condenado a los tres acusados, aunque ha dictado para ellos penas suspendidas por lo que no tendrán que entrar en prisión. La víctima, de 19 años, también tiene derecho al cobro de una indemnización, según el comunicado de la corte, que ha dicho que es una cantidad "menor a la que pedía".

Las declaraciones de dos testigos han servido al juez para descartar que los acusados actuasen en defensa propia y señalar en cambio que golpearon y patearon a la víctima cuando ya estaba en el suelo. No se ha podido demostrar, sin embargo, que utilizasen botellas rotas en el marco de la agresión.

El juez, Per Lennerbrant, ha admitido que la incapacidad del fiscal para demostrar que la víctima fue golpeada con botellas "ha afectado a la consideración de la gravedad del delito". "La situación probatoria en su conjunto ha sido compleja", ha admitido Lennerbrant en la nota.