Artesanías de Guatajiagua. / Rosa Fuentes.


Mientras con su pie hace girar el torno de pedal, con sus manos toca la arcilla y elabora una olla, lleva más de 35 años practicando la alfarería, un oficio artesanal que vive por la práctica de los bisabuelos.

El municipio de Guatajiagua, en Morazán, situado en el oriente del país es el ícono de la alfarería.

Quien visita el lugar puede apreciar, desde la calle, la variedad de modelos y tamaños de ollas, algunas de color natural y otros diseñados con colores alegres.

La alfarería tiene un proceso de quemado, previo al pintado. / Rosa Fuentes.


El artesano Nery Anival Campos tiene más de 25 años de edad y recuerda que aprendió el oficio de su padre y de su abuelo, y aprendió observando de ellos mientras hacían imágenes de barro.

No tiene un taller propio por la falta de ingresos económicos, pero labora en un taller de alfarería de unos familiares en donde todos los días moldea la arcilla para conseguir algunos jarrones o piezas de barro que son su especialidad.

Artesanías de Guatajiagua. / Rosa Fuentes.


Mientras, otros de sus compañeros logran la textura ideal de la arcilla, él gira el torno simulando una ruleta estática donde logra diversas formas y figuras, que luego pasan a un proceso de cocción en un horno tradicional, y finalmente algunos son coloreados en el taller de diseño.



Los artesanos de Guatajiagua son adultos mayores, en su mayoría, que aún tienen fuerzas en sus extremidades y son los guardianes de esta artesanía.
Los padres y abuelos lamentan que los jóvenes no quieren aprender el oficio de la alfarería. No quieren mancharse las manos, pero a nosotros nos trajo primero la necesidad de obtener recursos para el sustento diario de la familias, además es algo que sabemos con el cual nacimos, en ese entonces para nosotros es imposible no compartir y mientras podamos seguimos trabajando". Nery Campos, artesano de Guatajiagua.

El hombre recuerda que a la edad de 11 años elaboró por primera vez una olla y desde entonces ejerce el oficio, compartiendo su conocimiento y mostrando sus habilidades que cada día aprende más.


En este oficio no tenemos horario fijo. Se elaboran entre 4 a 5 docenas diarias, una olla o un jarrón está listo en aproximadamente de dos a tres minutos, esta herencia ya la traigo en la sangre, pero ahora nuestros hijos no quieren saber nada del barro y mucho menos algo que los haga ensuciarse la ropa y sus manos, si supieran que en el barro uno deja un pedazo de su corazón”. Nery Campos, artesano de Guatajiagua.

Artesanías de Guatajiagua. / Rosa Fuentes.

Tradición e identidad


El trabajo no es nada sencillo, explicó Gerardina de la Paz de López, quien también por herencia de su padre elabora las artesanías de barro, todos los días, mientras su esposo y se dedica al diseño y darle el color a cada pieza.

La mujer explica que cada pieza de barro hay que convertirla en una verdadera obra de arte. En cada pieza van implícitos los sentimientos y la pasión, porque de eso depende que los clientes vuelvan y los recomienden.

"A veces quisiera cerrar el taller porque es complicado mantenerlo, no tenemos apoyo del gobierno. Para nosotros los artesanos no lo hay, aquí todo ha sido inversión nuestra, pero ha valido la pena, tenemos más personas trabajando y es sumamente difícil este caminar por conservar la identidad de nuestro pueblo morazanico", dijo Gerardina de López quien es la jefa del grupo de artesanos.

Artesanías de Guatajiagua. / Rosa Fuentes.


De López asegura que pasa largas horas dándole color a las piezas, mientras pintan se cuentan historias de sus vidas, escuchan música, cantan, ríen y hasta bailan, la alfarería se ha convertido en un alivio para ellas.

La alfarería les identifica como pueblo y siempre siguen siendo los abuelos los que la conservan, “aquí llegan personas de todo el país a comprarnos, aveces traen modelos para que se los elaboremos, es una lucha diaria la que hacemos por conservar lo nuestro y creemos que ha valido la pena todo, el taller tiene historia”, afirma la artesana.

Mientras hablaban de la importancia que tiene para ellos conservar está tradición muy significativa de Guatajiagua, no dejan de mover las manos, toman su brocha y la cubren de la variedad de pinturas que usan para darle diseño a cada una de las piezas que con total cuidado van diseñando hasta concluir las artesanías.