Las afirmaciones de la encargada de negocios de Estados Unidos en El Salvador de que las relaciones bilaterales están “en pausa”, son motivo de preocupación. La embajadora Manes ha dicho que no hay diálogo entre ambos países y que no parece haber interés en la parte salvadoreña de mejorar esas relaciones.

Estados Unidos ha sido nuestro principal aliado, nuestro principal mercado y el hogar de tres millones de salvadoreños. Nos unen profundos lazos históricos, culturales y familiares. Incluso, hay un episodio histórico durante el Génesis de nuestra nación en que líderes salvadoreños intentaron ser parte de la Unión Americana.

Sin duda seguirán habiendo diferencias entre los dos gobiernos, muchas de las preocupaciones estadounidenses sobre El Salvador son también preocupaciones de los salvadoreños, pero no hay que olvidar que los Estados Unidos de América ha mostrado ser un socio confiable que no nos ha abandonado en momentos tan difíciles como la guerra civil, huracanes o terremotos. E incluso, acogió a nuestros refugiados debido a las catástrofes naturales o el conflicto armado.

Por eso hay que cuidar la relación, preservarla, mejorarla cada día, abonarla. Esta es una relación histórica que trasciende gobiernos o partidos. Más allá de diferencias políticas o de visiones, los salvadoreños dependemos mucho de Estados Unidos como para permitirnos “una pausa” en esa relación de la que sin duda, este país tiene mucho más que ganar que la contraparte.

Es importante superar las diferencias, seguir hablando con franqueza y buscar entendimientos porque la buena relación con Estados Unidos debe ser la prioridad 1, 2 y 3, como dijo el presidente Bukele a inicios de su gobierno. Preservar esa buena relación solo traerá beneficios para los salvadoreños de aquí y nuestros connacionales de la diáspora que siempre esperan que su gobierno abogue por ellos ante su contraparte estadounidense.