La contaminación visual en San Salvador está desbordada y con la campaña electoral es aún peor. Casi no hay espacio visible en el cielo cuando uno levanta la vista. Las valles publicitarias nos inundan y los mupis ni se diga.

No tengo ningún problema con la publicidad, todo lo contrario, pero pareciera que las empresas dedicadas a vallas y mupis no tienen regulación alguna y las alcaldías tampoco hacen mucho por regularlas. En muchas intersecciones del área metropolitana, por ejemplo, los mupis tapan la visibilidad cuando uno pretende cruzar y tiene que salirse temerariamente para poder tener el ángulo de visión que le ha robado el mupi.

En tiempos de campaña la cosa se agrava aún más. A la elevada cantidad de publicidad comercial se agregan las valles y mupis de candidatos. Hay algunos candidatos a diputados y alcaldes que tienen hasta cinco vallas en una cuadra. Y para colmo, los candidatos de Soyapango, Santa Tecla y otros, ponen enormes vallas y mupis en municipios que no son los de ellos. Y si a todo eso sumamos las pantallas… Dios guarde.

Esperemos que esto se ordene. Insisto que la contaminación visual es excesiva y que en el caso especial de los mupis, muchos son un atentado a la seguridad de los automovilistas. Necesitan regulación.