Alba Urquilla y Rafael García. / Foto: Yelter Herrera


Alba Urquilla y Rafael García salieron de sus casas en Cuscatancingo, San Salvador, para emitir el sufragio. Eran las 8 am y ambos debían viajar a puntos diferentes para poder votar y decidieron hacerse compañía. El motivo: su discapacidad visual.

A las 8:55 am ambos llegaron al Centro Escolar Antonio Najarro, ubicado en Mejicanos, San Salvador donde Rafael García debía votar.

La auxiliar de un partido político lo acompañó hasta la Junta Receptora de Votos (JRV) número 771 donde realizó todo el procedimiento que incluye la entrega de un sobre tiflológico, que lleva escrito en braille el nombre de candidatos y partidos políticos para que las personas con discapacidad visual se orienten.

García asegura que desde que entró al lugar donde se encontraba la JRV “me dijeron usted usa braille, eso indica que ya estaban enterados de la existencia del sobre”, situación que explica ha mejorado con el paso de las elecciones.

“Otros compañeros cuentan historias y se ponen a hablar en las juntas (en la Asociación de Ciegos de El Salvador)”, ya que desconocen la existencia de dichos sobres que elabora la misma organización a través de un concurso público.

Rafael García votó en el Centro Escolar Antonio Najarro. / Foto: Yelter Herrera


Aunque el desplazamiento se dificulta por su discapacidad Rafael García manifiesta que siempre ha hecho uso del transporte que proporcionan los partidos políticos para trasladarse desde Cuscatancingo hasta Mejicanos motivado por ejercer su derecho.

“Es un derecho como todo ciudadano (…) no hay que permitir que otros deciden por uno”

Durante todo el proceso de votación de su compañero, Alba Urquilla esperó a las afueras del Centro Escolar Antonio Najarro, desde donde partirían hacia el barrio San Jacinto en San Salvador.

El lugar de destino era el Centro Escolar José Simeón Cañas ubicado frente al Museo de Historia Militar de la Fuerza Armada de El Salvador conocido como el excuartel El Zapote. Ahí se ubicaba la JRV 176 donde Urquilla emitiría el sufragio.

A diferencia de Rafael García que no tuvo mayor inconveniente para llegar hasta la urna, Alba debió subir una rampa construida por el TSE para las personas con discapacidad y adultos mayores encontrándose con que la única JRV que estaba en la segunda planta del recinto era la que ella buscaba.

Alba Urquilla votó en el Centro Escolar José Simeón Cañas ubicado en San Jacinto. / Foto: Yelter Herrera


“En mi caso yo puedo subir, me cuesta más pero subo, pero una persona con silla de ruedas que le toque votar ahí es bien complicado, además que las personas no saben cómo tratar a una persona con discapacidad visual, porque me agarran como queriéndome abrazar y no es la manera de orientar a una persona ciega”, asegura Urquilla.

La disposición de los miembros de la junta fue un tema que llamó la atención para la mujer de 35 años. “Solo me ponen en frente de la mesa, no me explican que tengo la persona en frente, por lo menos darme una pequeña orientación (…) sino que me jalan solo por moverme”.

Pese a los inconvenientes, ambos emitieron su voto y pasadas las 11:00 am retornaron juntos hasta Cuscatancingo.

 

Tinta indeleble tras votar y la labor de la PNC


Una votante muestra su dedo manchado con tinta indeleble tras haber emitido el sufragio. Abajo, la asistencia de los agentes de la PNC fue vital para el desarrollo del proceso electoral del domingo en todos los centros de votación del país.




Los momentos



  • Multigimnasio Don Bosco


En el Multigimnasio Don Bosco hubo mucha asistencia de votantes durante todo el día.



  • Polideportivo España


En el Polideportivo España de Soyapango, hubo filas desde muy tempranas horas de la mañana, hasta el final de las votaciones, poco después de las 5 pm.



  • Tres papeletas


De diferentes colores fueron utilizadas por los votantes. La más grande era la de candidatos a diputados de San Salvador.



  • Afluencia de la tercera edad


En las votaciones del domingo se notó una mayor afluencia de votantes de la tercera edad, muchos de ellos se quejaban de las condiciones de accesibilidad de los centros de votación.



  • Papeleta braille


Los votantes no videntes tenían acceso a utilizar una papeleta en lenguaje Braille y así poder ejercer su voto.



 

Juana Paz de 92 años acudió a emitir su voto en Ciudad Delgado. / Óscar Machón


 

Así lucían las urnas receptoras de voto / Ó. Machón


 

Josué Daniel Martínez, vendía minutas en las afueras de la Escuela “Juana López” en Ciudad Delgado. / Óscar Machón