Si en la primera encuesta del 2020 se pregunta a los salvadoreños ¿Cuál es la prioridad para sacar adelante a El Salvador? Yo esperaría que la respuesta mayoritaria fuese la Educación. Es cierto, que tiene primacía trabajar por que la economía crezca, salga de su estancamiento y se aumente la creación de trabajo decente, pero esto no es posible sin educación.

Todo comienza con la formación de los maestros. La calidad de un sistema educativo se basa en la calidad de sus docentes. Continuar la construcción de la Política de Profesionalización Docente es tarea de primer orden para el año 2020. Garantizar una educación inclusiva, equitativa y de calidad que promueva aprendizajes significativos a lo largo de la vida, solo es posible si se trabaja en la formación y dignificación del magisterio.

En el año nuevo, la educación inicial, la atención de la niñez entre 0-7 años es importante, pues constituye el fundamento para desarrollar habilidades para la vida futura; con la lectura y la escritura se debe trabajar para lograr un nivel de aprendizaje alto en el primer ciclo de primaria.

En las escuelas del país los maestros deben facilitar aprendizajes de calidad que preparen a los niños y jóvenes para ser personas responsables, tolerantes. Asignaturas como Educar para la Ciudadanía, Cultura de Paz y Desarrollo de Pensamiento Crítico, deben estar presentes como parte de los cambios curriculares en 2020. El desarrollo de habilidades socioemocionales en los estudiantes es prioridad estratégica.

Aprender matemática, robótica, física, inglés, chino mandarín, manejo de tecnología, es necesario, pero también es indispensable que los jóvenes aprendan a aprender, a comunicarse, a tener empatía, entrenarse para trabajar en equipo, desarrollar competencias para adaptarse al cambio y ser proactivos, prepararse para desarrollar su creatividad y capacidad de innovación.

El sistema educativo necesita reenfocarse, la vida en la sociedad digital, en un mundo que cambia rápidamente, requiere salvadoreños que ya no sean educados para el futuro con un modelo educativo del pasado. La revolución 4.0 debe llegar a la educación… ¡ ya es hora! ir a la escuela a sentarse en un salón, con los pupitres en fila, a copiar la información que escribe el profesor en el pizarrón está agotada, es obsoleta este año debe cambiarse. Hoy los estudiantes tienen la información que necesitan aprender en el pantalón: Sacando el celular pueden buscar los datos que deseen. El internet, para aprender, es más divertido que el dictado del profesor. El alumno aprende cuando experimenta en la realidad y lo que estudia tiene sentido en su vida cotidiana.

En Colombia, en 2014, se inició una metodología de educación disruptiva llamada SOLE que son las iniciales en inglés de Self-Organised Learning Environments; que tiene como objetivos desarrollar en los estudiantes: autonomía, aprendizaje colaborativo y, una cuestión que es la más importante que todo, a ¡solucionar problemas de la vida real!

Para implementar SOLE en una escuela se necesita: un espacio con pocas computadoras conectadas a internet, grandes deseos de aprender y preguntas que los alumnos deben responder en equipo, no hay una sola respuesta, ni es el profesor el que tiene la respuesta. SOLE es aventura intelectual, el aprendizaje emerge del interés de los participantes, desarrollando habilidades para la vida como, creatividad e innovación, pensamiento crítico y fluidez tecnológica.

En Colombia, SOLE ya funciona en 2,422 espacios públicos entre escuelas y bibliotecas. Esta metodología llega hasta las zonas más apartadas del país de manera escalonada en base a la construcción de comunidades de aprendizaje en escuelas de un mismo distrito escolar.

Otra metodología novedosa para el sistema educativo salvadoreño debería ser Makerspace; en México, la Red de Educación Maker se creó en 2015. El Makerspace es un lugar donde los alumnos tienen la libertad de diseñar, crear y modificar sus robots. La función principal de un Makerspace escolar es permitir a los docentes y alumnos la generación de conocimientos relacionados con la currícula escolar, a través de la construcción de objetos y proyectos.

Hace falta educación STEM, es el acrónimo en inglés de Science-Technology-Engineering-Mathematics. Ciencias-Tecnología-Ingeniería-Matemáticas, que es un acercamiento interdisciplinario al aprendizaje que remueve las barreras tradicionales de las cuatro disciplinas y las integra al mundo real con experiencias rigurosas y relevantes para los estudiantes.

Tenemos todo el año para comenzar a implementar una escuela innovadora, territorializada. Una escuela que favorezca la construcción de una comunidad educativa armoniosa, donde se asegure la convivencia mediante la prevención de la violencia y la delincuencia. Comienza el año y en nuestras manos está construir una educación mejor para El Salvador.