En el fondo, como ha sucedido con el parque Cuscatlán, es la necesidad de espacios públicos abiertos donde se pueda circular y convivir en armonía, algo que la violencia delincuencial nos ha estado negando por años, décadas.
Entonces, la ciudadanía tuvo que volcarse a los centros comerciales, eran la única opción para el esparcimiento. Todavía en gran medida es así y lo podemos ver todos los fines de semana.
Las alcaldías y el gobierno central deben invertir cada vez más en espacios públicos seguros. La gente necesita más parques, más zonas peatonales donde divertirse.
Las alcaldías y las autoridades de Seguridad deben imponer orden y la ley en las zonas públicas como estas. La gente tiene derecho a divertirse y sentirse segura. Insisto en el buen ejemplo del parque Cuscatlán que gracias a la cooperación internacional hoy podemos disfrutar con tranquilidad.
Realmente es una buena señal ver la plaza Barrios llena de gente, como punto de encuentro y armonía ciudadana. Lamentablemente muchos todavía no se atreven a bajar hacia el centro, debido a su historia de violencia y tienen razón. Todavía hay zonas ampliamente controladas por las pandillas y el riesgo de un asalto o un crimen mayor es un probabilidad pero cada vez menor. Es tiempo de Navidad, dese una vuelta, dele un chance al centro capitalino.