A las 22:00 horas del 18 de julio de 1969, la Organización de Estados Americanos (OEA), establece el cese de fuego, ordenando a las partes en conflicto a finalizar sus acciones militares, así se concluían 100 horas de férreos combates en territorio hondureño. El Salvador para ocupar el territorio hondureño empleó a más de 12 mil efectivos militares tanto del ejército, Fuerza Aérea y Naval. A pesar de la puesta en ejecución del Cese de Fuego, en la frontera entre ambos países continuaron los enfrentamientos armados a mediados del año de 1970. Los costos humanos de la guerra fueron aproximadamente 80 mil retornados al territorio salvadoreño, unos 4,000 muertos entre bajas civiles y militares de ambos países, fueron 115 bajas en combate, 250 civiles muertos, por parte de El Salvador. Los hondureños, según los informes, contabilizan 2,014 cadáveres (no se especifican cuántos civiles o militares). El 12 de agosto de 1969 se da el primer intercambio de prisioneros de guerra entre ambos países, bajo la supervisión de la Cruz Roja Internacional. Armstrong Robert y Rubin, Janet, afirman que la Comisión de Paz de la OEA, contabilizaron dos mil muertos y cuatro mil heridos entre ambos países.

El Salvador, en tan sólo 100 horas, logró ocupar sus objetivos militares en territorio hondureño, con el fin de establecer una franja de territorio para las futuras negociaciones de paz, con el fin de exigir al gobierno de Oswaldo López Arellano, el respeto de los derechos humanos de los compatriotas residentes en Honduras.

La guerra de 1969 nos ofrece muchas enseñanzas hasta hoy día

  1. En los años previos a 1969, los salvadoreños gozaban de mucho prestigio por su laboriosidad, es así que muchos emigraban del país en la búsqueda de mejores oportunidades de vida, así la migración de salvadoreños inicia desde finales del siglo XIX, con la necesidad de mano de obra para la construcción del Canal de Panamá, luego con el ingreso de las empresas bananeras norteamericanas en Honduras, es requerida la mano de obra de los salvadoreños. Para 1969 se contabilizaban 250 mil salvadoreños viviendo en Honduras. A pesar que El Salvador se encontraba en el despegue industrial y económico, ya que era el país que mejor aprovechaba los mecanismos del MERCOMUN. Sus productos eran comercializados en toda la región centroamericana. Este sería el mejor momento que el Gobierno del General López Arellano, decide aplicar la Reforma Agraria dirigida única y exclusivamente hacia los poseedores de tierras salvadoreños, y no así a los terratenientes hondureños, ni a las empresas bananeras. Inicia así la implementación de una campaña sistemática de desprestigio de los productos salvadoreños y desalojos de las familias de sus propiedades.

  2. El gobierno de López Arellano había llegado al poder de Honduras mediante un Golpe de Estado, motivo por el cual desde que iniciara su gobierno, siempre mantuvo una constante y creciente desobediencia de parte de grandes sectores de la sociedad hondureña y aprovechó el problema migratorio como “válvula de escape”, y promovió la campaña anti-salvadoreña, que provocó el éxodo de millares de refugiados hacia El Salvador. De esta manera le cumplía a los grandes terratenientes y a los empresarios norteamericanos dueños de las empresas bananeras, que ya no tendrían que indemnizar a los trabajadores salvadoreños. Por otra parte, Honduras veía quebrantada su economía, en contraposición de las de Guatemala y El Salvador. Las dificultades migratorias entre Honduras y El Salvador iban en aumento. Los más de 250 mil salvadoreños residentes en Honduras, habían superado las condiciones de vida de muchos hondureños.

  3. En los inicios de 1969, el gobierno salvadoreño del Presidente Fidel Sánchez Hernández, ya percibía un clima beligerante y confrontativo de su par hondureño. El Gral. Sánchez Hernández era de mente unionista y siempre buscó la solución pacífica entre las naciones. Es así que conociendo los sistemas internacionales de solución de conflictos, acude al sistema interamericano para casos de disputas entre naciones del continente, de los cuales no encontró eco a sus demandas. Cansado de las afrentas del gobierno hondureño y, ante la voluminosa afluencia de salvadoreños en las fronteras, mujeres violadas y niños llenos de pavor, que huían de la cacería humana en Honduras. El 14 de julio de 1969, el Presidente Sánchez Hernández decide declarar la guerra a Honduras, en defensa de los Derechos Humanos y la dignidad de los salvadoreños.

  4. El gobierno salvadoreño ante la opinión pública y el mundo entero, siempre mantuvo que “El conflicto bélico de julio de 1969 con Honduras, no fue una guerra de conquista, como lo declaré al inicio de las operaciones y lo reiteré en diversas ocasiones… Fue una acción militar de legítima defensa de los derechos humanos del pueblo salvadoreño con objetivos limitados” Gral. Sánchez Hernández. Quien además reitera “No fue una guerra por límites fronterizos, pues en aquella época no había reclamos de ese tipo; se estaba luchando por levantar las barreras aduaneras, las barreras económicas y por establecer el libre tránsito de los centroamericanos”. “No fue una guerra para obtener territorios, para resolver problemas demográficos, ni por enemistades de los dos pueblos, ni tampoco fue una guerra por dificultades internas del gobierno salvadoreño”.

  5. Se logra la solidaridad por el dolor nacional, los salvadoreños apoyaron la decisión firme del gobierno. Jamás se había visto tan grande unidad nacional alrededor del Gobierno y de la Fuerza Armada. Todos los sectores sociales apoyaron, incluyendo la empresa privada, los sindicatos, los partidos políticos, el partido comunista, la Iglesia, y hasta la Universidad de El Salvador, en donde incluso se realizó reclutamiento militar voluntario.

  6. La batalla diplomática se lleva a cabo frente a una muy bien apoyada económicamente campaña difamatoria hondureña en contra de El Salvador. La intención de Honduras era lograr que en resolución de la OEA, se obtuviera la declaración como país agresor a El Salvador. Las deliberaciones se llevaron a cabo del 26 al 31 de julio, logrando que no se declarara al país como agresor.

  7. Finalmente la Fuerza Armada cumplió profesionalmente con su deber, quienes se retiran ordenadamente, después de entregar conforme actas ante observadores de la OEA, las 16 poblaciones ocupadas. Ese repliegue de fuerzas y la entrega de las poblaciones, se efectuó, hasta cuando se recibieron las garantías de que aquel estado de cosas iba a terminar y luego que fueron liberados los salvadoreños que estaban en los campos de concentración. Lo anterior también demuestra que la acción armada tuvo su origen en motivaciones estrictamente humanitarias, pues, una vez obtenidas las garantías de la restauración de la vigencia de los derechos humanos, las tropas salvadoreñas se retiraron.


Hoy a 50 años de aquel evento, los salvadoreños debemos sentirnos orgullosos de vivir en esta tierra y recordar con respeto a los hombres y mujeres que defendieron los sagrados intereses de nuestra patria. Quienes por siempre merecen un sitial de honor en nuestra mente y corazón por defender nuestra Patria.