El Juego del Calamar es el último gran e inesperado éxito de Netflix. A pesar de que no ha pasado ni un mes desde su estreno, la ficción que narra un sádico juego de supervivencia... es mucho más real de lo que sus seguidores son capaces de imaginar.

La serie sigue los pasos de Gi-hun, un trabajador de una fábrica de automóviles que, tras perder su empleo y fracasar en su propio proyecto empresarial, acaba uniéndose al Juego del Calamar, una sangrienta competición organizada por misteriosas y adineradas personas en la que se juega la vida con la esperanza de ganar el dinero suficiente con el que pagar la operación de su madre y recuperar la custodia de su hija.

Si bien el pasado mes de septiembre su creador dijo que la historia no está basada en hechos reales, tal parece que su declaración fue tomada en un término bastante literario, ya que ahora ha declarado para Variety el verdadero acontecimiento de Corea que lo inspiró a crear la historia. Pero todo concuerda porque en dicha ocasión Hwang Dong-hyuk explicó que comenzó a planificar el trabajo en 2008 y concluyó la idea en 2009.

Para Hwang Dong-hyuk la historia tiene como base de referencia el drama real que pasaron muchas familias surcoreanas recientemente. Fue en 2009, cuando la compañía de automóviles Ssangyong Motor, tras congelar los salarios de sus empleados durante dos meses, despidió a 2.646 trabajadores en un proceso de reestructuración.

Aquel acontecimiento no solo arruinó a un gran número de familias, sino que derivó en notables consecuencias sociales, muchas de ellas violentas. Aunque se llegó a un acuerdo de prejubilación con más de 1.700 de los empleados, los demás quedaron completamente desamparados, lo que hizo que 974 de los trabajadores despedidos ocuparan la planta. En su desalojo por parte de la policía, hasta 50 personas resultaron heridas.
Quería escribir una historia que fuera una alegoría de la sociedad capitalista actual, algo que representara una competición extrema, algo así como la competición extrema de la vida". Hwang Dong-hyuk.

La producción de una potencial segunda temporada podría comenzar a finales de 2021 o principios de 2022, en todo caso el propio guionista y director asegura que, teniendo en cuenta que le costó una década sacar adelante el proyecto, "es bastante agotador pensar en ello".

"Pero si tuviera que hacerlo, ciertamente no lo haría solo. Consideraría contar con la ayuda de un grupo de guionistas y querría varios directores experimentados", señaló.

En caso de que se confirmara la nueva entrega, lo más probable es que no llegue a Netflix hasta finales de 2022 o principios de 2023.