Los visitantes caminan por la exposición titulada "Heidi en Japón" que muestra dibujos animados de la serie animada japonesa "Heidi, hija de los Alpes", en el Museo Nacional Suizo de Zúrich el 31 de agosto de 2019 en Zúrich. AFP


¿Qué tiene en común Heidi y Super Mario? A primera vista nada, excepto para los amantes de los mangas y los videojuegos que reconocen el estilo de Yoichi Kotabe, una de las estrellas de la animación japonesa.

Heidi, la historia de una pequeña niña de los Alpes que salta en la montaña seguida por sus cabras, sirvió de rampa de lanzamiento a Yoichi Kotabe, abriéndole las puertas de Nintendo. El pionero de los videojuegos lo reclutó para crear y rediseñar una multitud de personajes de Mario.

"Heidi" marcó también un hito en la carrera de su realizador, Isao Takahata, conocido por la "Tumba de las luciérnagas", y de su diseñador escénico Hayao Miyazaki, creador de "Mi vecino Totoro".

Gracias al éxito de esta serie de los años 70 en 52 episodios, se asociaron una década después para crear el famoso estudio Ghibli.

El Museo Nacional Suizo, en Zúrich, homenajea a la niña de los Alpes con una exposición hasta el 13 de octubre. Y para la ocasión, Kotabe llegó a Suiza a contar la génesis de este personaje.

"Quería una niña 'kawaii', linda", explicó Kotabe a la AFP: ojos grandes, amplia sonrisa pero también "dos pequeñas trenzas"... que los seguidores de la serie nunca vieron.

El animador y diseñador de personajes japonés Yoichi Kotabe posa junto a los dibujos animados de la serie animada japonesa "Heidi, hija de los Alpes" durante su visita a una exposición titulada "Heidi en Japón" en el Museo Nacional Suizo de Zúrich el 31 de agosto de 2019 en Zúrich. AFP


Porque cuando Kotabe presentó sus primeros bocetos, un especialista de la novela "Heidi" le señaló que esta pequeña niña "solo tenía cinco años", vivía en las montañas con su abuelo no muy cómoda", y que "seguramente no tendría tiempo para hacerle trenzas por la mañana".

Un golpe de borrador más tarde, Heidi se encontró con un cabello cuadrado corto, un estilo que mantuvo durante toda la serie cuyo primer episodio fue difundido en 1974 en Japón bajo el título "Arupusu no shôjo Haiji" (Heidi, hija de los Alpes).

- Heidi en lugar de Pippi -

El dibujo animado Heidi casi no se hace realidad. Takahata inicialmente quería adaptar a Pippi Långstrump (Pippi Calzaslargas), el personaje de la novelista sueca Astrid Lindgren, quien rechazó la oferta de los japoneses que, según pensó, sólo estaban interesados "por el dinero", contó Kotabe.

La elección recayó sobre otro clásico de la literatura infantil, Heidi, una novela de la suiza Johanna Spyri publicada en 1880.

El equipo, con sus cuadernos de dibujo bajo el brazo, se dirigió a Suiza para buscar cabañas y pastizales en el pequeño pueblo de Maienfeld, en el este del país.

"Teníamos poco tiempo, y estábamos muy conscientes de que teníamos que acumular la mayor cantidad posible de material", recuerda el animador.

Durante un mes, el equipo fotografío todo y multiplicó los croquis.

Los dibujos animados dirigidos por Takahata se dieron a conocer por su preocupación por el realismo, la atención dada a los detalles de la vida cotidiana y la naturaleza.

"Mucha gente solo ven (en "Heidi") una forma de diversión para los niños", comentó Hans Thomsen, profesor de historia del arte especializado en Asia de la Universidad de Zurich, y comisario de la exposición.

Thomsen considera ese dibujo animado una "obra de arte", tanto por su "creatividad" como por "su impacto visual".

- "Paraíso alpino" -

Para la exposición, reunió numerosas planchas de animación, acuarelas o bocetos de pequeñas cabras observadas por los animadores japoneses en las montañas de los Alpes.

Pero también pequeños objetos que demuestran el éxito de la serie en Japón, como cajas bento, kits de origami y queso fundido con la efigie de la niña.

"La imagen de Heidi y de sus aventuras en las montañas marcaron fuertemente a los japoneses, pequeños y grandes", explicó a la AFP Véronique Kanel, portavoz del órgano promotor de turismo en Suiza.

Los propios realizadores "nunca pensaron" que la serie tendría tal influencia, destacó.

El dibujo animado, exportado en el mundo entero, "contribuyó a difundir esta imagen de Suiza como paraíso de la naturaleza alpina", atrayendo a muchos turismo, subrayó.

En Maienfeld hay un museo dedicado a la heroína de la exitosa serie, atracciones turísticas, un recorrido por senderos, tiendas de recuerdos.