Las selvas tropicales como la de la Amazonía y la de Indonesia, que son pasto de las llamas, desempeñan un papel esencial en la regulación del clima.

Después de la Amazonía, grandes extensiones de bosques desbrozados arden en la isla de Sumatra, en Indonesia, y en la isla de Borneo, envolviendo regiones enteras con una nube de humo tóxico.

¿Por qué los bosques tropicales son importantes para la regulación del clima?
Si bien los combustibles fósiles tienen un papel fundamental en el calentamiento global, los científicos consideran que la deforestación también es un factor importante.

Los bosques del planeta absorben parte del CO2 de la atmósfera, pero tienden a disminuir debido a la tala y a la necesidad de nuevas tierras tanto para la ganadería (sobre todo en América Latina) como para la agricultura.

Los incendios que asolan enormes extensiones de bosques también emiten grandes cantidades de CO2.

En 2015, durante los peores incendios forestales de Indonesia en dos décadas, el país emitió más gases de efecto invernadero al día que un gran país industrializado como Estados Unidos durante el mismo período, según el Instituto de Recursos Mundiales (WRI, por sus siglas en inglés).

La reducción de la cubierta vegetal también afecta la regulación de las temperaturas. Una vegetación densa y húmeda favorece el mantenimiento de temperaturas más bajas, mientras que los suelos desnudos y secos registran temperaturas más elevadas.

¿Qué superficie de bosque tropical ha sido destruida en Indonesia?
Greenpeace estima que en los últimos 50 años más de 74 millones de hectáreas de bosques tropicales -el doble de la superficie de Alemania- han sido cortadas, degradadas o quemadas en Indonesia.

En muchos casos, los bosques se cortaron para madera y luego se convirtieron en plantaciones de aceite de palma, sobre todo en las islas de Sumatra y Borneo, o se dejaron sin explotar.

Todos los años se producen incendios forestales en Indonesia, pero este año se intensificaron debido a una estación seca particularmente larga e intensa.

De enero a agosto, la agencia indonesia de gestión de desastres estima que se quemaron 328.000 hectáreas. Se trata de los peores incendios desde los de 2015, cuando se incendiaron 2,6 millones de hectáreas. No obstante, Indonesia ha logrado reducir el ritmo de la deforestación en los últimos años.

¿Cuáles son las causas de los incendios?
Las causas son difíciles de probar. Se acusa a las grandes plantaciones de provocar incendios para limpiar zonas boscosas con rapidez y a bajo costo.

Sin embargo, los grandes grupos niegan el uso de este método y culpan a los pequeños agricultores, que utilizan los incendios a fin de preparar las tierras para el cultivo y no siempre controlan su propagación.

Los incendios son especialmente problemáticos en las zonas de turba seca, muy inflamable, donde es difícil apagar las llamas que arden en profundidad.

Indonesia desplegó unos 9.000 bomberos y militares, pero sin duda habrá que esperar la estación de las lluvias, que a menudo comienza en octubre, para apagar todos los focos de incendio.

¿Se pueden comparar los incendios en el Amazonas e Indonesia?
La magnitud de los incendios en Indonesia es mucho menor que en el Amazonas, el mayor bosque tropical del mundo.

Los incendios en Bolivia han destruido 2 millones de hectáreas de bosque desde agosto, mientras que en Brasil se registraron 88.816 incendios entre enero y agosto, la mitad de ellos en la selva tropical.

¿Cuál es el riesgo de impacto en el calentamiento global?
Los incendios forestales, cada vez más frecuentes en el mundo, generan más gases de efecto invernadero y pueden acentuar el calentamiento de las temperaturas, según los expertos.

El acuerdo de París sobre el clima implica que los países se esfuerzan por encontrar soluciones para mantener el aumento de las temperaturas "muy por debajo" de 2 grados con respecto a los niveles preindustriales.

También recomienda limitar el aumento de la temperatura a 1,5 grados, pero el IPCC, un grupo de expertos de la ONU, considera que este nivel podría superarse a partir de 2030.

Si los incendios forestales "continúan, el anhelo de mantener el aumento de la temperatura mundial en 1,5 grados será sólo un sueño. No lo lograremos", advierte Arief Wijaya, del WRI.