El indignante caso de un perrito que perdió su hocico a consecuencia de pirotécnicos que le fueron atados en su rostro, por un grupo de hombres, ha tenido un desenlace favorecedor.

La historia de Braveheart se ha viralizado en redes sociales. El caso de maltrato animal ocurrió en Sonora, México; la mandíbula, nariz y cavidad nasal del canino quedaron destrozadas luego de la explosión de los fuegos artificiales.

Una persona que pasaba por el lugar donde ocurrió el ataque observó al cachorro y al percatarse de su condición decidió llevarlo de inmediato a un centro veterinario.

 



 

Su caso conmovió a “The Saving Huey Foundation” , organización sin fines de lucro, que trabaja con animales maltratados, con sede en California, Estados Unidos, y decidió encargarse de su complicado e incierto proceso de recuperación. Tuvieron que pasar cuatro meses para que Braveheart pudiera ser trasladado al país norteamericano, debido a su delicado estado.



El perrito, de aproximadamente ocho meses de edad, ha sido sometido a cuatro cirugías de reconstrucción en su hocico y mandíbula; ahora finalmente ha podido ladrar de nuevo y está a la espera de una última intervención para abrir un agujero nasal, procedimiento necesario para que pueda ser dado de alto y comenzar la búsqueda de un nuevo hogar para él.

 



La fundación ha compartido videos que muestran su recuperación y que ya pude ladrar nuevamente.