¿Está mutando el coronavirus? ¿Qué significa para cada uno de nosotros? Lo más probable, de acuerdo con numerosos virólogos, es que esta nueva variante del coronavirus no tenga ninguna implicación para la población, contrario a recientes titulares en numerosas publicaciones de la prensa.

Importante información que tenemos que incluir es que el genoma (ADN o ARN) de cualquier partícula viral se encuentra en constante cambio.

En el caso del coronavirus, durante el periodo de un año se han identificado mas de 12 mil mutaciones, ninguna de ellas con implicaciones en la expresión (fenotipo) de la enfermedad, sin la producción de nuevas cepas virales, sino únicamente variantes del virus original.

Es también importante conocer en que consiste una mutación. De acuerdo con la publicación “principios de virología, 5ta edición” una mutación es un cambio del ADN o ARN que incluye cambios, ya sea por adición, supresión, o cambio de posición, de las bases o nucleótidos del genoma.

Algunas de estas mutaciones producen cambios en las proteínas del virus, que podrían conllevar a diferencias en el comportamiento biológico viral e implicaciones en el comportamiento de la enfermedad.

Sin embargo, estas mutaciones, en la inmensa mayoría de ocasiones, son mutaciones neutras y no se traducen en cambios biológicos del virus, sino en la producción de variantes sin mayor significado, como se ha venido observando hasta el día de hoy.

Otro elemento, muy importante de tener en cuenta, es que la transmisibilidad de la enfermedad también puede ser explicadas por las conductas individuales y colectivas de las personas que facilitan la circulación viral en comunidades específicas.

En el caso de la nueva “variante” del coronavirus, llamada VUI 202012/01, y reportada esta semana por científicos ingleses en la base de datos “GISAID”, proponen que existe el potencial que esta nueva variante, mayormente con cambios en la proteína S del virus, en el locus aminoácido N510Y, podría traducirse en una mayor capacidad de transmisión.

Recordemos que la proteína S del virus es la que facilita la penetración del virus en las células del pulmón. Esta variante identificada predominantemente en el sur de Inglaterra, y otros países como Holanda y Australia, ha generado olas de pánico que incluyen cierres de fronteras, como la ordenada por el gobierno salvadoreño, contra nacionales del Reino Unido y Sudáfrica. ¿Pero de dónde sacan estas conclusiones?

Vincent Racaniello, un renombrado virólogo de la universidad de Columbia, en el estado de Nueva York, EUA, argumenta que la propuesta de los científicos ingleses, al estar fundamentada en observaciones epidemiológicas, y carente de evidencia biológica viral, es una hipótesis demasiado débil y sin fundamento.

Evidencia fuerte se ha venido generando durante este año sobre que el 80 % de las transmisiones del coronavirus son producidas por el 10 % de personas infectadas. Esta transmisión, ocurre por lo general durante eventos de “super-transmisión” en el contexto de aglomeraciones de personas en fiestas, bares, iglesias y otros.

Al momento no existe ninguna evidencia en la biología de la nueva variante que indique que su transmisibilidad ha aumentado. Toda la evidencia que exponen los científicos proponentes de la nueva hipótesis se basa en características epidemiológicas, que fácilmente podrían ser explicadas por cambios del comportamiento de las personas durante las festividades navideñas.

Durante esta época las personas muestran una mayor tendencia a exponerse a las aglomeraciones y por ende a eventos del tipo de “súper-transmisión”. El Dr. Racaniello agrega que debemos de evitar las publicaciones amarillistas que tienden a generar el pánico, no solo entre el público, pero pánico de gobiernos que reaccionan de manera apresurada sin contar con evidencia substancial para justificar medidas radicales y que no produce ningún beneficio en la contención de la epidemia.

Aun más, muchas de estas apresuradas reacciones tienden a producir más efectos negativos, al desviar la atención de medidas que si han demostrado ayudar a la disminución de la circulación viral. Nuestro objetivo, dice el, es concentrarnos en lograr una cobertura alta de vacunación en la población, y así, controlar de una vez por todas la pandemia en nuestro mundo. Y por supuesto, aprender que debemos estar preparados con sistemas de salud pública fuertes y solidarios.