La falta de una estrategia eficiente, una campaña adelantada oficialista, la desconexión con la comunidad y la credibilidad perdida heredada por casos de corrupción y promesas incumplidas: es el escenario que parece estancar a la oposición en El Salvador.

Un grupo de estudiosos de la política salvadoreña consultados por Diario El Mundo hacen un diagnóstico similar pero ninguno habla de una recuperación total o inmediata en las elecciones del 28 de febrero de 2021.

La caída de los que fueron partidos tradicionales se dibujaba cuando en pleno gobierno del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN) el 63.4 % no quería que este siguiera gobernando pero el 68.1 % tampoco aceptaba un regreso de Alianza Republicana Nacionalista (Arena). Ese resultado del Instituto de Opinión Pública de la Universidad Centroamericana José Simeón Cañas (Iudop) parecía augurar la derrota de 2019. Y así fue.

Ahora, después de erguirse un poco en 2018, ha caído en preferencias partidarias al 3.5 % según el estudio de opinión pública del Iudop de junio de 2020. Luego de una caída similar del partido de izquierdas FMLN, aparece el oficial Nuevas Ideas con un 48 % de intención de voto para la Asamblea Legislativa, según el estudio de la Universidad Francisco Gavidia.

Detrás, se asoma un escenario en donde, según LPG Datos, los salvadoreños por primera vez aceptarían el desequilibrio en el Poder Legislativo: del 18.5 % al 57 % hablan de un predominio del oficialismo, del Ejecutivo, en el Legislativo. Este estudio da 3.3 % al FMLN y 5. 7 % a Arena, mientras, el 39.7 % a Nuevas Ideas.

 

La pesada carga.

Para Eduardo Escobar, director de Acción Ciudadana, Arena y FMLN dejaron de ser una opción política para muchos por no cumplir las promesas electorales de resolver los problemas más apremiantes del país, la delincuencia y la economía, y por gestiones marcadas por la corrupción.

Escobar tildó de “muy difícil” que estos partidos se recuperen en 2021 hacia una mayoría simple o calificada.

“Esa pesada losa que llevan sobre sus espaldas de la corrupción, de no haber resuelto los problemas sociales, es difícil que la boten, la gente se percató de que no cumplen con sus promesas electorales”, advierte. Sin embargo, aclara que su postura tampoco es absolutista, dejando la posibilidad de que el diálogo del Gobierno actual pandillas y casos de corrupción, reportados por investigaciones periodísticas, influyan.

Según Escobar, los nuevos partidos políticos han llegado en mal momento. ¿Por qué? Explica que el panorama electoral indica que la población se va a decantar por dos opciones, el partido del presidente, Nuevas Ideas, o que las personas opten por apoyar a partidos con opción de ganar curules, Arena o FMLN.
“No se recupera si no se corrige el problema de la dirigencia. Se puso gente de muy poca experiencia y mientras eso no cambie el deterioro va a continuar”. Hugo Barrera, exdirigente de Arena

La defensa.

Hugo Barrera, fundador de Arena, cree que el problema de la oposición, en el caso de Arena, es la escasa experiencia de la dirigencia. “Mientras eso no se cambie el deterioro va a continuar”, sentencia.

Para el exdirigente, Arena no ha sabido defenderse de hechos cometidos por “individuos”, no por la institución.

Él cree que Arena debe condenar “completamente” a las personas que cometieron corrupción y exigir “que devuelvan lo que se robaron”. “Eso lo tiene que hacer la dirigencia, si es posible repetirlo todos los días, dos veces diarias o diez veces diarias para recuperar la imagen del partido”.

¿Por qué no lo hacen? “Para no ser muy duro, quizás porque no se les ocurre, falta de capacidad política de la dirigencia”, responde.

La Asamblea Legislativa, según Barrera, tampoco tiene capacidad real para explicar su respeto a la Constitución de la República. “¿Qué pasaría si el presidente de la Asamblea hace un programa de 45 minutos en una cadena nacional en donde explique bien por qué están haciendo eso? No ha sucedido”, ejemplifica, en clara referencia a las cadenas nacionales del presidente del país, Nayib Bukele.

 

Inédito.

De acuerdo con el estratega de comunicación política Manuel Meléndez, el problema es que la oposición “nunca se había enfrentado a un régimen populista que no respeta las leyes y usa todos los poderes del Estado para destruir la institucionalidad y a todo aquel que se les oponga”.

Meléndez suma a su diagnóstico la falta de una estrategia eficiente de los opositores y una campaña adelantada oficialista. “El gobierno lleva un año cuatro meses de estar en campaña para el 2021, los partidos de oposición aún no arrancan y quedan solo cuatro meses para las elecciones”, advierte.

 

La desconexión.

Sin embargo, el director del periódico El Independiente cree que el problema del FMLN fue la desconexión entre la organización comunitaria y el partido político. “Al llegar al poder se rompió ese vínculo”, cuenta. Por otra parte, dice que Arena “ya no sabe a qué derecha representa” porque el Gobierno “le ha arrebatado su bandera”. El camino, reflexiona, debería ser la movilización ciudadana para “salvar a la República y a la democracia”. Actualmente, sostiene, la oposición, que para él incluye al movimiento social, está atomizada. La ve en “una gran anomia”.
“Nos han hecho creer que la solución está ahí, en el mundillo legislativo, lo único a lo que le tiemblan los tiranos es al pueblo organizado y movilizado”. Walter Raudales, periodista y escritor

Los víveres y la República.

En un contexto en donde el Gobierno realiza una agresiva campaña de reparto de víveres en todo el país, Raudales reconoce que la República se ve como “la estratósfera”.

Luego, intenta aterrizar el concepto: “Pero, cuando vas por una calle y te violentan los derechos, te cierran el paso, te hacen un cerco, entonces, vamos a volver al tiempo del militarismo, a tiempos de la dictadura. Es el convivir, todo un andamiaje de leyes que te permiten vivir con dignidad y respeto”. Esa República, analiza, puede ser la bandera de unión de la oposición.

Sin embargo, el politólogo Álvaro Artiga desvela la última oportunidad perdida:“Lo que pudieron hacer no lo hicieron”. Se refiere a la más reciente experiencia democrática que pudieron haber tenido en 2020: los comicios internos para elegir candidatos.

“Tuvieron que haber hecho una revolución adentro de esos dos partidos”, señala, en referencia a la incapacidad de renovación de los candidatos de Arena y FMLN, y sus procesos electorales internos en donde predominaron los candidatos únicos.

 

Visto bueno

  • Democracia


Los salvadoreños elegirán al Poder Legislativo: 84 diputados propietarios y 84 suplentes. Actualmente Arena y FMLN suman 56 votos, mayoría calificada que requiere la deuda y elecciones de Corte Suprema.

 

  • Poder local


Los salvadoreños también se disponen a elegir a 262 alcaldes, 262 síndicos, 1,424 regidores y 1,048 suplentes de los 262 municipios, así como 20 candidatos a diputados del Parlamento Centroamericano.

 

  • Equilibrio


Después de una alternancia en el poder, pensadores de izquierda como de derecha valoran el equilibrio entre los poderes del Estado y llaman a defender la República, evitando la concentración de poder.

 

  • Nuevos partidos


Los partidos políticos nuevos como las nuevas caras en los partidos políticos son bien vistos como potenciales. Sin embargo, un analista aseguró que llegaron en mal momento por la coyuntura política.

 

 

Visto malo

  • Lo hecho


Los partidos enfrentan la sombra de los procesos penales contra los expresidentes Antonio Saca y Mauricio Funes, señalados del desvío de fondos de la partida secreta. Saca purga una condena de 10 años de prisión.

 

  • ¿Perdón?


El 30 de septiembre y el 10 de octubre, los dirigentes de Arena, Erick Salguero, y del FMLN, Óscar Ortiz, reiteraron una solicitud de perdón. Sin embargo, un analista ve incoherencia porque siguen defendiendo.

 

  • Campaña


El Gobierno ha estado realizando campaña desde que está en el poder, de acuerdo a Miguel Meléndez. Actualmente reparten cajas y bolsas de víveres en diferentes lugares del país, incluidas zonas residenciales.

 

  • El tiempo


Según el estratega, los partidos de oposición aún no arrancan y quedan solo cuatro meses para las elecciones, por ello opina que el principal problema es el tiempo, aunque ve posibilidades en ciertos territorios.