Varias cosas debemos aceptar y francamente asumir, más allá de las hipocresías, los mal llamados “sobresueldos” –que no son más que erogaciones ilegales a exfuncionarios cegados por la codicia-, que se pagaron durante las administraciones de ARENA a VARIOS funcionarios de cada período –y que aún hoy día tienen el descaro de seguir en la palestra política-, por montos que en algunos casos oscilaban incluso varias veces su salario nominal. Esa era la medida de su “vocación de servicio” al país.

También tenemos plena claridad que tales “pagos” se hicieron a lo que pareciera ser una cadena de funcionarios que de alguna forma y a través de muchísimos años se lucraron de esta forma. Para los que somos enemigos de los eufemismos, nos cuesta llamar “sobresueldos” a tales entregas, pues el sueldo de un funcionario público está señalado y autorizado por la Ley –del Presupuesto General de la Nación- por lo que eso es una entrega ilegal e inmoral.

Dicho esto cabe preguntarnos ¿Y esto era totalmente desconocido para la población? ¿No era un “secreto a voces” en este país que con la nefasta y mal llamada “partida secreta” –hoy gastos reservados-, los presidentes de la República de turno “hacían y deshacían” a su antojo y casi sin ningún control? ¿Acaso en este país no era visto casi con “normalidad” -bastante abyecta por cierto- el hecho de que los funcionarios públicos recibieran ingresos “extras” durante sus períodos como tales, y de esas funciones salieran “compuestos”? ¿Acaso no era la “normalidad” –desviada por cierto- durante muchísimos años que de esas “partidas secretas” de Capres se destinaran fondos para cosas tan aberrantes para la democracia como la “compra” de voluntades legislativas para poder aprobar leyes que le interesaban al ejecutivo que se aprobaran o para la “compra” de voluntades judiciales, para que no se declararan ilegales o inconstitucionales determinadas y verdaderas “aberraciones jurídicas” que se aprobaban en dichos contubernios entre el ejecutivo y el legislativo? ¿Acaso no era –y en muchas formas lo sigue siendo- la “normalidad” que a través de casi todo el aparato público, desde los mandos altos, medios y hasta bajos, existió siempre en muchas maneras, formas de corrupción para que cosas que se debían hacer por ley no se hicieran y las que no se debían hacer se hicieran? ¿Cuántos funcionarios públicos de cualquier nivel y durante cuánto tiempo se han “bañado” en esa “cascada” de la corrupción en este país?

Si de verdad se quisiera llegar al fondo de la verdad sobre quiénes y cuánto recibieron en concepto de “sobresueldo” o de coimas para obtener “apoyos” legislativos, quizá tendrían que habilitar unos veinte “sectores 9 de Mariona”, porque no van a caber la cantidad tan grande de funcionarios que en el pasado recibieron entregas de dinero en concepto de “sobresueldo” o de cualquier otro no justificado. Pero con relación a los errores del pasado de ARENA, deben recordar que son muchos y vastos, que van desde el uso patrimonialista del Estado para beneficio particular -y hasta personal- la malversación de muchos fondos durante años, hasta la cooptación de la institucionalidad del Estado a través de la creación de la “partidocracia” -que inauguró ARENA junto al antiguo “bloque de derecha” legislativa junto al PCN y al PDC-, así como la nefasta dolarización. Todo ello, dentro del esquema de la corrupción y el uso de la llamada “partida secreta” de Capres para comprar voluntades. Ustedes lo saben y por eso callan o lo tratan de justificar hipócritamente.

Cuando el expresidente Saca estaba dejando el poder, allá en 2009, quizá le dio un “buen consejo” a Funes: Así como yo no las tenía con mi partido –al menos con los que se creen dueños de él y lo financian-, tú no la tienes con el tuyo, así que te recomiendo que “repartas” para lograr “gobernabilidad” y “lealtades” necesarias para un mediano gobierno. Y quizá Funes lo hizo durante poco más de un año –la doctora María Isabel Rodríguez, en un acto de constricción, lo confesó-, hasta que la anterior Sala de lo Constitucional declaró ilegal la mentada “partida secreta” y ahí Funes la emprendió contra los cuatro exmagistrados.

Y el mismo esquema de dádivas y de “reparto” continuó con este gobierno, no entendieron y lograron procesar otra forma de encontrar y lograr gobernabilidad. Frente a una clase política acostumbrada a la política del “dólar” para llegar a acuerdos de apoyo a las iniciativas del ejecutivo, este gobierno eligió continuar con dicho esquema, y por ello, ante una población que ello entendió, ahí están los resultados. A los políticos de hoy les digo: ¡TENGAN PLENA CONCIENCIA QUE LA POLÍTICA DEL DÓLAR PARA LOGRAR APOYOS, TERMINÓ!