En los últimos días hemos sido testigos de medidas legislativas que han impactado la vida nacional. Diputados aprobaron el incremento al Fodes en un 2 % y el Grupo parlamentario de Arena presentó la propuesta de establecer que la cartera de Educación no puede recibir anualmente menos del 6 % del Producto Interno Bruto (PIB) en concepto de presupuesto. Medidas en lo aparente buenas, en la realidad: pastel envenenado por no tener recursos para financiarlas.

Todo se incluiría en el próximo presupuesto: Lo dice de manera muy fresca y directa el secretario de comunicaciones de la Presidencia: “será el próximo gobierno el que va a determinar el próximo ministro de Hacienda, en la presentación del presupuesto, de dónde sacará los recursos… Será el próximo gobierno el que va a decir si establece una fuente de financiamiento”.

No hay dinero para hacerle frente al aumento del Fondo para las municipalidades que significa una erogación de casi $95 millones anuales y si en los próximos días, el presidente saliente sanciona el aumento del 2 %; el nuevo gobierno tendrá que ver de dónde saca los recursos para entregarlos, será un gasto más al que le tendrá que conseguir una fuente de financiamiento.

La verdadera realidad es que “el incremento del Fodes a las alcaldías solo se podrá financiar si en el Presupuesto General de la Nación 2019 se reduce el financiamiento para otras áreas como seguridad, salud, educación, pues el presupuesto general se ha vuelto tan rígido que es casi imposible agregar más gastos si no aumentan los ingresos”.

Para la realización y puesta en marcha de cualquier política pública es necesario contar con recursos económicos, no se puede gobernar sin un presupuesto adecuado. El presupuesto General de la Nación es la herramienta más poderosa de un gobierno para impulsar su estrategia de país, es el medio por el cual concreta la inversión dirigida a mejorar la calidad de vida de la población.

Nayib Bukele deberá elaborar un Plan B, para cubrir sus necesidades de inversión del 1 de junio al 31 de diciembre de 2019, de lo que se trata es de aguantar hasta fin de año con el presupuesto aprobado por el gobierno anterior.

Sin mayoría en la Asamblea, existe una reducción apreciable del espacio político para el gobierno entrante. Lo que le tocará será empezar a organizar una nueva gobernanza y prepararse para presentar medidas de mayor profundidad a finales de septiembre de este año con la presentación del Presupuesto 2020.

Los acontecimientos a los que se enfrentará el país a partir del 1 de junio, así por las posiciones ya adoptadas por los partidos Arena/FMLN, dibujan un situación a la que no resultará fácil encontrar una salida.

Lo cierto es que el capital político, es capital variable, puede aumentar o disminuir según las declaraciones y acciones del presidente electo. Va a ser interesante conocer en las encuestas cuál será el nivel de aprobación con que Bukele iniciará su gestión, después de cuatro meses del periodo de transición.

Giulio Andreotti el veterano político italiano tenía frases que pusieron de relieve su inteligencia y su conocimiento de los hombres, y en particular del oficio de hacer política. La más conocida es “El poder desgasta sobre todo cuando no se tiene” y desgastar a Nayib Bukele antes de que llegue a gobernar es la consigna de los dos grandes partidos tradicionales.

“Gobernar se parece más a un arte que a una ciencia. No existe una metodología infalible ni una receta a prueba de incendios. No basta con leer a Maquiavelo a Sun Tzu o las 48 leyes del poder. Gobernar es navegar en aguas turbulentas y muchas veces se requieren cambios de estrategia sobre la marcha”.

¿Manual de buen gobierno? No hay. Entonces uno se pregunta: ¿Qué hace que un gobierno tenga destreza política y saque adelante al país? ¿Será la calidad de los asesores? ¿La experiencia de los ministros? ¿La habilidad política del presidente? ¿El apoyo de los sectores sociales? Quizás la sumatoria de todo esto.

Construir gobernabilidad en el actual contexto es una tarea muy complicada y se vuelve más difícil cuando la polarización política, la descalificación y el insulto inundan las redes sociales. Sacar adelante al país pasa por asegurar la gobernabilidad. El Órgano Ejecutivo y el Legislativo tienen que articular su trabajo, es la única forma de enfrentar los retos, y resolver las necesidades de la gente. Claro, tampoco será fácil, sin crecimiento económico y sin mejorar la seguridad, educación y la salud pública.