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El rey ya no es intocable: sin su inmunidad del pasado, Zinédine Zidane aborda el primer partido clave de su segundo mandato como entrenador del Real Madrid, deseoso de demostrar que la revolución prometida está en marcha el miércoles en París en la Liga de Campeones.

Al volver al Real Madrid en marzo, 'Zizou' aceptó volver a poner en juego el impecable balance de su primer paso por el banquillo blanco con sus tres Ligas de Campeones, conquistadas en tres años (2016-2018).

- Altas expectativas -

Dado que entonces se benefició de un estatus de icono del fútbol y de salvador del Real Madrid, su inesperada vuelta ha creado las mayores expectativas: ahora le toca reactivar al equipo sin derecho a fallo. "Un reto mayor", a sus ojos.

La prensa madrileña, antaño unánime con él, le da ahora el mismo trato que a cualquier otro entrenador del Real Madrid: una indulgencia limitada.

"Pierde la inmunidad. Ha dejado de ser intocable para la afición", tituló el rotativo Marca, criticando las elecciones tácticas de Zidane y su gran fidelidad a la vieja guardia de la plantilla.

Pero, Zidane aguanta las críticas: "Si hubiera pensado en mi situación personal antes de volver, diciendo 'corro un riesgo volviendo', no habría regresado. No pienso en mi imagen", afirmó el mes pasado.

- Un partido clave -

Frente al PSG, Zidane estará en su elemento. Es para partidos así que ha vuelto y es el primer encuentro con enjundia desde el inicio de su segundo mandato el 11 de marzo pasado. ¡Seis meses de espera!

"Es un partido excitante, super interesante de jugar", dijo, añadiendo que "va a ser magnífico para todo el mundo".

El francés mantiene una relación particular con la Liga de Campeones, que ganó como jugador (2002) y como entrenador adjunto (2014) antes de su triplete como técnico principal.

El marsellés guarda también buenos recuerdos de su última visita a París, donde el Real Madrid ganó en octavos de final en 2018 (2-1, tras una victoria 3-1 en la ida en Madrid).

En la competición fetiche del Real Madrid, trece veces campeón de Europa (un récord), el Zidane entrenador no tiene margen de error en París, pero al Zidane competidor le gusta eso: no está nunca más a gusto que con el cuello puesto en la guillotina, como en esos cuartos de final contra el Wolfsburgo en 2016 (0-2 y después 3-0).

En resumen, para la revolución 'Zizou', ¡la gran noche es el miércoles!