Agosto culminó con un récord en número de homicidios en los últimos 21 años, según las cifras de la Policía Nacional Civil. Es una buena noticia que el promedio diario este mes se haya reducido a solo 4.2, una reducción 3.5 puntos, comparado con el promedio de 7.7 diarios que entregó el gobierno de Salvador Sanchez Cerén.

Hay que hacer votos para que este decrecimiento sea sostenible porque evidentemente la seguridad no se mejora de la noche a la mañana, los siete homicidios ocurridos en el primer día de septiembre nos lo recuerdan.

La ciudadanía ha visto el despliegue de policías y soldados con el plan de control territorial y la presencia de las fuerzas de seguridad generan un ambiente de mayor tranquilidad en amplias zonas del país. El control territorial debe seguir siendo una estrategia para mejorar la seguridad de una ciudadanía que ha vivido secuestrada por las pandillas en sus vecindarios, en sus lugares de trabajo y hasta en el transporte público que se traslada.

Reducir el número de homicidios es, por supuesto, muy importante, pero las autoridades deben apostarle también con fuerza a combatir las extorsiones de las que miles de salvadoreños son víctimas. El camino es largo, es un maratón, pero hay que mantener el paso para llegar a la meta.