La idea de un sistema de buses articulados, seguro, con unidades en buenas condiciones y con carriles preferenciales, fue vista como una necesidad ante el caótico sistema de transporte público que tenemos.

Así, Norman Quijano cuando era candidato a alcalde de San Salvador presentó un proyecto llamado Metrobús que el gobierno del FMLN le bloqueó inmediatamente y nunca pudo concretarse. Luego el mismo gobierno promovió el Sistema Integrado de Transporte del Área Metropolitana de San Salvador (Sitramss), duramente cuestionado por su forma de concesionarse y que hoy está en entredicho tras la sentencia de la Sala de lo Constitucional.

Lo que sí está claro es que el área metropolitana necesita de un sistema de transporte moderno, eficiente, seguro y accesible. La ciudad se convirtió en un caos ante el pésimo sistema de transporte existente y la necesidad de la gente de comprar vehículos propios, lo que convirtió nuestras calles y avenidas en un pandemonio, con horas de intenso tráfico y escaso control de las autoridades.

La sentencia de la Sala de lo Constitucional debe ser vista como una oportunidad para diseñar un sistema de transporte público que realmente mejore el traslado de los cientos de miles de usuarios y vaya dejando por fuera a unidades inseguras, obsoletas y manejadas por irresponsables al volante.