No todo el mundo del deporte se va a detener en seco por la pandemia del coronavirus. La principal compañía del mundo de artes marciales mixtas, la UFC, y la principal de lucha, la WWE, han decidido continuar con su programa anual a puerta cerrada. Ambas empresas poseen recintos propios para realizar sus eventos y a ellos únicamente accederán los luchadores y personal esencial de la compañía bajo un estricto control médico.

“El Khabib vs Ferguson va a suceder y será el 18 de abril como estaba previsto”, dijo Dana White, presidente de la UFC, ante las preguntas de los aficionados.

La idea es trasladar el combate del inmenso Barclays Center de Brooklyn al UFC APEX de Las Vegas realizando el duelo a puerta cerrada. Así White y los suyos paliarían la ausencia de público por el coste de alquilar el recinto que se encuentra en Nueva York.

La ESPN ha aceptado seguir retransmitiendo un evento que puede batir su récord de audiencia por culpa del confinamiento global en el que se encuentran sumidos 1.000 millones de ciudadanos.

La idea de White ha seguido el rebufo que ha dejado la WWE. La empresa más famosa de lucha libre del mundo ha seguido con sus programas semanales de Raw y Smackdown en el WWE Performance Center de Orlando. Allí los luchadores se enfrentan semanalmente en un show que pierde su esencia sin público vitoreando, pero que continúa pese al coronavirus.

No en vano, el principal evento del calendario de la WWE, Wrestmania 36, se disputará también en ese pabellón a puerta cerrada después de que se cancelase su presencia en el estadio Raymond James Stadium de Tampa Bay para el 5 de abril. Los magnates de la competición, la familia McMahon, han extendido incluso la duración del evento a dos días para asegurarse un mayor ingreso por televisión aprovechando que no hay competencia a la vista.