El sector automotriz paró en seco en marzo pasado. El rubro es afectado por el cierre del país y la caída de la actividad económica.

José Roberto Renderos, gerente de marca de Grupo Q (uno de los dos mayores distribuidores en el país), explicó a Diario El Mundo que el panorama del sector de venta de autos nuevos es crítico.

Al cierre de 2019, las previsiones para el sector eran que en 2020 se lograra una tasa de crecimiento de entre el 4 % y 5 %. Sin embargo, el nuevo entorno borra la posibilidad de alcanzar esas metas.

“Tuvimos una caída como sector del 70 % (en marzo) y para el resto del año hay estimaciones a nivel mundial de caídas de entre el 30 % y hasta un 50 %, dependiendo de los mercados”, dijo Renderos.

Agregó que las condiciones de la crisis asociadas a la pandemia del COVID-19 son más agudas que las del “crash” financiero de 2009 porque para ese entonces las afectaciones en mercados como el salvadoreño llegaban como efecto secundario y más como “efecto colateral”. “En esta ocasión no hay excepciones por país, afectando plantas de producción, embarques y ventas”, puntualizó.

Grupo Q tiene operaciones desde Guatemala hasta Costa Rica, en donde opera más de 40 salas de venta y cuenta con la representación de 10 marcas. Aunque las medidas de cuarentena son aplicadas en todos los mercados, los efectos son mixtos dependiendo del país.

Renderos sostiene que la situación más grave de todos es la de El Salvador, porque el cierre es total. Explicó que en el resto de países de Centroamérica operan de forma parcial, generando de alguna forma ingresos para sostener las operaciones, pero sobre todo, los empleos.

Destacó que el sector ha buscado brindar apoyo a los clientes con extensiones de plazos o periodos de gracia, entre otras medidas de apoyo.

En 2018, la industria automotriz en El Salvador vendió 12,380 unidades nuevas y proyectaba cerrar el 2019 con un crecimiento superior al 5 %.

Estimaciones de la Asociación Salvadoreña de Distribuidores de Vehículos (Asalve) reportaban una mejora en el clima de negocios entre enero y octubre del año pasado y había optimismo para 2020 debido a mejores perspectivas económicas, previsiones que borró la pandemia.

 

A la espera de impactos

El sector busca reacomodarse y afrontar la nueva realidad. Renderos explicó que aún evalúan los impactos del primer mes de cuarentena y de un replanteamiento de los planes de inversión de los privados para lo que resta del año.

¿Cuánto tiempo pueden soportar las compañías el paro preventivo? El ejecutivo insiste en que “esto depende mucho del tamaño de las empresas y su capacidad financiera, ya que, a mayor tamaño de las mismas, mayores son sus costos de operación. Es impredecible por el momento pensar en cuanto tiempo puede mantenerse a flote, pero si en mayo no se apertura gradualmente nuestro sector, si podemos ver efectos más drásticos en algunas distribuidoras”.

De momento las compañías están profundizando las alianzas con fabricas, relaciones que considera son vitales en cada una de las marcas ya que además están enfocados en lograr una cadena exhaustiva de ahorros en diferentes áreas, con las que pretenden que las empresas salgan a flote de esta situación.

Junto con las negociaciones con los fabricantes, la industria prevé que haya una reactivación lenta, pero además esperan que se modifique la forma en la que se atiende al mercado y la demanda del consumidor.

El rubro ya trabaja en nuevos protocolos para su operación sustentados en procesos con distanciamiento social, procesos con mayores medidas sanitarias y un enfoque mayor en el uso de plataformas digitales.

 

Operación regional

Grupo Q tiene su sede en El Salvador, pero tiene operaciones desde Guatemala hasta Costa Rica.

La compañía administra más de 40 salas de venta, más de 10 marcas de vehículos y más de 15 en autoservicios.

En el marco de la pandemia, Grupo Q anunció que brindará apoyo con transporte para personal médico y entregas de medicamentos.