Estados Unidos y la Unión Europea han hablado fuerte y claro. También el presidente Nayib Bukele y es evidente el desacuerdo y la discrepancia total en las visiones sobre los hechos del 1 de mayo y las decisiones de la Asamblea Legislativa.

Estados Unidos y la Unión Europea han coincidido en ver la destitución de los magistrados como un acto reñido con la constitución y han pedido volver al status quo previo al 1 de mayo. El presidente Nayib Bukele y su partido defienden esos actos y aseguran que son irreversibles. Es evidente que estamos ante una bifurcación política que puede traer consecuencias para El Salvador.

La preocupación internacional prevalece tras los acontecimientos del 1 de mayo y los temores de que tanto Estados Unidos como la Unión Europea tomen acciones de hecho están sobre la mesa. El enviado especial de la administración Biden, Ricardo Zúñiga ha dicho que presentará informes ante la Casa Blanca y ante el Congreso, en este último hay voces altisonantes que critican duramente al gobierno salvadoreño y las decisiones del 1 de mayo, y además, reclaman acciones. La vicepresidenta estadounidense ha hablado de “responder” a las destituciones.

El mayor temor es que haya una decisión estadounidense que pudiera afectar el financiamiento internacional en un país con una situación fiscal precaria. Hay que recordar también que Estados Unidos es nuestro socio principal y que es el hogar de un tercio de nuestros ciudadanos. Son advertencias que hay que escuchar con mucha atención, que hay que evaluar muy sensatamente porque pueden traer consecuencias no sobre un proyecto político sino sobre todos los salvadoreños que necesitan de la cooperación internacional.