Una tragedia ocurrió el fin de semana en Lima, la capital peruana: 13 jóvenes murieron en una estampida en una discoteca cuando la policía irrumpió para impedir una fiesta vedada por la epidemia del nuevo coronavirus.

La policía allanó la discoteca donde 120 personas participaban en una fiesta convocada a través de las redes sociales, violando la norma que prohíbe reuniones grupales en Perú debido al estado de emergencia sanitario por el covid-19.

El caso de Perú es dramático, extremo pero nos ilustra el origen de muchos problemas con la pandemia. Los países donde más han ocurrido rebrotes tienen en común dos cosas: la edad de los nuevos contagiados suele ser menor de 35 años, los más jóvenes quieren forzar la nueva normalidad y hacen fiestas masivas sin ninguna medida de prevención.

Ha sucedido por igual en Corea del Sur o en España, en Perú o en Italia. Hace semanas vimos un caso parecido en Guatemala aunque afortundamente no hubo víctimas. También se han escuchado rumores de fiestas para contagiarse entre los más jóvenes. La irresponsabilidad total.

Con la reapertura podemos caer en estos problemas. Ya se vieron algunos bares concurridos estos días, llenos de jóvenes bebiendo como si nada hubiera pasado o como si sus padres y abuelos no tuvieran el enorme riesgo de contagiarse debido a su comportamiento.

Muchos jóvenes se han contagiado de covid -más del 40 % de los casos confirmados tienen menos de 40 años- y muchos más han fallecido también por la pandemia. Es muy importante que los jóvenes tomen conciencia en este sentido. Yo sé que les hacen falta las fiestas y las reuniones de amigos, pero deberían considerar seriamente que su irresponsabilidad puede traer consecuencias sobre su salud o la de sus seres queridos.