Quizás el punto de mayor interés tiene que ver con nuestros migrantes. Trump llegó incluso a hacer nuevos comentarios ofensivos sobre los inmigrantes indocumentados que se presentan a sus citas en la corte: “Solo aquellos con el coeficiente intelectual más bajo”, dijo, en su acostumbrada retórica incendiaria. Trump siguió además defendiendo sus planes de “tolerancia cero” y no se inmutó cuando Biden le increpó sobre la separación de niños y padres migrantes, incluyendo menores salvadoreños.
Con Biden parece haber esperanza para nuestros migrantes quien prometió en el debate que en sus primeros 100 días de gobierno enviará al Congreso una ley para facilitar la ciudadanía a más de 11 millones de indocumentados. Eso favorecería enormemente a nuestros migrantes, muy probablemente acabaría con la incertidumbre del TPS y de programas como DACA que han amparado a jóvenes migrantes salvadoreños.
Aunque las encuestas parecen favorecer a Biden, hay que esperar a ver qué dicta la voluntad de los norteamericanos. Lo cierto es que los migrantes salvadoreños –y los hispanos en general– ya han sufrido demasiado con la administración Trump. No solo los niños separados de sus padres, también muchos adultos encerrados por meses o que por esa misma política migratoria, son rechazados en sus solicitudes de asilo por muy fundamentadas que estén debido a amenazas de pandillas en el país. A ver qué trae el 3 de noviembre.